Sociedad

El día que Madrid apostó por la política útil

Para plasmar el acuerdo se ha escogido un escenario histórico, la Casa de la Villa, y también histórico ha sido el acontecimiento que ha propiciado el pacto

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida (c), preside una sesión extraordinaria del pleno en el Ayuntamiento de Madrid para aprobar los Acuerdos de la Villa de Madrid que recogen las medidas propuestas por las Mesas Sectoriales para la reactivación de la capital, en Madrid (España), a 7 de julio de 2020. / Ayuntamiento de Madrid

Madrid

Madrid marcará esta fecha en el calendario de su historia municipal como la jornada en la que las diferencias entre grupos se dejaron a un lado para sellar los Acuerdos de la Villa, el gran pacto para la capital postcovid reivindicado como ejemplo de "política útil". Para plasmar el acuerdo se ha escogido un escenario histórico, la Casa de la Villa, y también histórico ha sido el acontecimiento que ha propiciado el pacto.

Ha sido necesaria una pandemia mundial para "acortar las distancias" entre concejales de izquierdas y derechas, que no querían sentarse juntos a raíz de la entrada de Vox en el hemiciclo municipal, según ha explicado la vicealcaldesa Begoña Villacís, y ahora echan de menos los pitidos del Whatsapp en el que limaban sus divisiones, como ha relatado una concejal de Vox, Arantza Cabello.

La negociación de treinta días ha fructificado en 352 medidas concretas, nacidas de la unanimidad y también de la renuncia de los grupos, que ahora el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, debe llevar a la práctica para estar a la altura de lo prometido. Este martes se han sellado en un pleno extraordinario donde Madrid y sus ediles se han puesto el traje de día histórico, desempolvando el Salón de Sesiones de Casa de la Villa, el pequeño pero señorial edificio que sirvió de sede al Ayuntamiento de la capital durante 400 años y reemplazado posteriormente por el Palacio de Cibeles.

Para Almeida este día ha sido el ejemplo de que "podemos creer en una política útil", y los 57 concejales, a quienes ha dado las gracias uno por uno en el pleno, "han sabido entender cuál era el mensaje de los madrileños", proclive a "la unidad y el entendimiento" en detrimento de "la confrontación".

La vicealcaldesa, Begoña Villacís, ha subrayado que "los vecinos están hartos" de ver enfrentamientos y que "la política no tiene por qué ser bronca", mientras que la portavoz de Más Madrid, Marta Higueras, ha definido el acuerdo como "un préstamo de capital político pensando en la ciudadanía" con la que intentan salir "de la rentabilidad política".

Para el portavoz del PSOE, Pepu Hernández, el pacto muestra la "política de cercanía que tiene que hacer el Ayuntamiento", cuyo fin debe ser "facilitar la vida a todos los madrileños", y el portavoz de Vox, Javier Ortega Smith, ha zanjado: "Los políticos venimos a servir a los españoles (...) no venimos a servirnos de ellos".

El acuerdo sellado este martes, con toda la pompa que ha permitido el mismo coronavirus que ha forzado el acuerdo, ha necesitado para ser posible de un diálogo entre bambalinas, a puerta cerrada y con un compromiso firme de no filtrar desencuentros a los medios, cumplido con pulcritud. Los escollos se han superado con un objetivo global: que el Madrid postcovid tenga más capacidad de resistencia y adaptación -resiliencia han dicho los ediles- para hacer frente a futuras crisis sanitarias.

Para ello se reforzará el sistema de protección social con más personal y se establecerá una tarjeta con la que adquirir alimentos en las tiendas, y apostando por una ciudad de proximidad, un Madrid con pequeñas urbes, donde los ciudadanos puedan satisfacer sus necesidades en trayectos a pie o en bici de 15 minutos.

Necesidades concretas que han posibilitado una suma que podría haber sido más ambiciosa en movilidad y economía verde y que deja fuera la violencia machista, según las críticas hechas este martes por Más Madrid y el PSOE. De mínimos o de máximos, los 352 puntos de acuerdo serán sobre todo útiles, y el alcalde de Madrid se ha comprometido a empezar a implementarlos de forma inmediata.

Así lo exige una crisis sanitaria cuya persistencia se dejaba notar en la Casa de la Villa, donde todos los asistentes han portado mascarillas y se han colocado señales en el suelo para evitar aglomeraciones. Por su parte, los periodistas, separados para guardar la distancia social, han seguido la sesión desde una sala de la que no podían escaparse en busca de corrillos.

Ello no ha impedido la presencia de múltiples invitados, como los exalcaldes de Madrid Manuela Carmena (Más Madrid) , Alberto Ruiz Gallardón (PP) y José María Álvarez del Manzano, a quienes se ha visto conversar codo con codo -literalmente dada la nueva normalidad- con Almeida. Y los que no han podido o querido ir han seguido la sesión telemáticamente, a través de una pantalla de plasma que aportaba una nota tecnológica al vetusto salón de plenos, escenario del acuerdo unánime que aspira a definir el futuro inmediato de la capital.

 
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