Final de curso

Córdoba

Quizás por deformación profesional, mi organización temporal la marcan más los cursos académicos que el calendario gregoriano. Un poco de eso sucede también en la radio, donde las temporadas arrancan en septiembre y la programación habitual concluye en el mes de julio.

Acaba el que, sin duda, ha sido el curso más complicado y atípico que recordemos. Un curso que echa el cierre sin fiestas ni graduaciones. Celebraciones que, como muchos de nuestros planes, han quedado pospuestas o encarceladas entre las pulgadas de esa presencialidad no presencial en la que se ha convertido nuestra cotidianidad en los últimos meses.

Sí, finaliza este aciago curso 19-20 y en su despedida la única nostalgia que cabe es la de aquello que dejamos de vivir.

Ahora, en las semanas venideras de este verano embozado, lo que toca es coger fuerzas, conjurarnos contra esa vulnerabilidad que nos ha sido revelada, el punzante dolor de los adioses que no pudimos dar y asumir, como en el verso de Neruda, que “nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos”. Puede que tengamos la oportunidad de ser mejores.

Concluyo esta última firma de la temporada y en la 2 reponen Cinema Paradiso. Escuchando la banda sonora del recientemente desaparecido Ennio Morricone no puedo dejar de conmoverme. Esa escena de besos prohibidos se me antoja un metafórico y melancólico desenlace para este final de curso en tiempos de pandemia.

¡Feliz y responsable verano y hasta el próximo curso!