Sociedad
El Salvador

Un exteniente salvadoreño acusa a altos mandos del asesinato de Ignacio Ellacuría en 1989

Yusshy René Mendoza ha testificado en la Audiencia Nacional tumbando la tesis del único acusado por el asesinato de cinco jesuitas españoles y dos mujeres en 1989

Ignacio Ellacuría en una imagen de archivo / Ministerio de Cultura de El Salvador

Bilbao

El exteniente salvadoreño Yusshy René Mendoza testificó este miércoles en la Audiencia Nacional sobre el asesinato de cinco jesuitas españoles y dos mujeres. El crimen tuvo lugar el 16 de noviembre de 1989 en el campus de la Universidad Centroamericana en San Salvador, capital de El Salvador.

Ignacio Ellacuría nació en Portugalete en 1930 y a los 17 años ingresó en la Compañía de Jesús. Es ordenado sacerdote en la ciudad de Innsbruck (Austria) en 1962 y hace sus votos de jesuita un año después en su pueblo natal. Pero en 1967 se instala como profesor de filosofía, política y teología en la Universidad Centroamericana, en su campus de El Salvador.

Ellacuría logra ascender rápidamente en la universidad, hasta convertirse en rector en 1979. El vizcaíno se oponía rotundamente a la intromisión del Estado en la vida de la universidad. Pero, tras el fallido golpe de Estado en el país en 1979 y el inicio de la Guerra Civil, el sacerdote es desterrado del país junto a otros muchos mientras El Salvador se desangraba.

No consigue regresar desde España a El Salvador hasta el 13 de noviembre de 1989, pero se habia granjeado el rechazo de muchas personas de los sectores financieros, militares y políticos. Fue asesinado el 16 de noviembre de 1989 junto a otros cuatro jesuitas españoles y dos mujeres en el campus de la Universidad por el batallón Atlácatl

Pero desde esta semana su asesinato está más cerca de encontrar un cuplable. Una veintena de militares fueron extraditados de El Salvador para ser juzgados por la Audiencia Nacional en España por los crímenes. Este miércoles era el turno del testimonio del exteniente Yusshy René Mendoza, quien desmontó la tesis del excoronel Inocente Orlando Montano, el único acusado en el juicio.

Mendoza aseguró que Montano sí que se encontraba en la reunión del Alto Mando de la Fuerza Armada y el Estado Mayor Salvadoreño en la que se ordenó la matanza. El exteniente declaró vía telemática, ya que vive actualmente en Chile, que el asesinato de los 5 jesuitas españoles contaba con la aprobación del entonces presidente del país, Alfredo Cristiani.

En la sesión, Mendoza aseguró que cargos muy importantes de Defensa y jefes del Estado Mayor eran los responsables y autores intelectuales de los asesinatos que ejecutó el batallón Atlácatl.

El exteniente acompañó a los soldados en la matanza por orden de sus superiores, por lo que fue testigo de todos los hechos. Mendoza fue exonerado de toda responsabilidad penal al inicio del juicio por haber confesado, cumplir condena en su país y colaborar con la Justicia.

Tal y como declaró en el juicio, la matanza fue ordenada unas pocas horas antes de su ejecución en una reunión en la que también participó el coronel Guillermo Benavides. Fue al militar a quien le encomendaron los asesinatos y fue él quien eligió a Mendoza y otro oficial para dirigir la operación.

Benavides fue condenado a 30 años de prisión por sus crímenes en 1992, amnistiado en 1993 y capturado en 2016 para cumplir la pena.

Por otra parte, Montano se enfrenta a una petición de la Fiscalía de 150 años de cárcel, 30 años por cada uno de los asesinatos. Los religiosos españoles Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín Baró, Segundo Montes Mozo, Amando López Quintana y Juan Ramón Moreno Pardo perdieron la vida junto a la mujer y la hija del guardia de la Universidad, Elba y Celina Ramos.

Su muerte provocó que la atención internacional se posara sobre el país y se reclamara un alto el fuego para evitar un mayor derramamiento de sangre. El juicio continuará en los próximos días en Madrid para aclarar los crímenes.

 
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