Tiempo de balance

Córdoba

Los profesores, como la gente del campo, no medimos la vida por años sino por cursos. Decían en mi pueblo que De San Miguel a San Miguel no queda nada por hacer, ya que es a final de septiembre cuando termina el año agrario, se ha recogido la cosecha y se inicia un nuevo ciclo. Para los profesores y los alumnos ese final de año en el que recogemos la cosecha y hacemos balance y formulamos nuevos propósitos es a final de julio. Y nada más sorprendente que volver la vista atrás, a ese septiembre de 2019 que hoy nos parece lejanísimo y repasar todo lo que ha ocurrido en nuestra vida, marcado por el estallido del apocalipsis, que nos ha venido a través de un minúsculo microtrocito de ADN que en algún momento de principios de curso saltó en China de un animal a una persona. Y ese salto, equivalente al aleteo de una mariposa en un lugar tan lejano, nos ha demostrado que nuestros planes son como castillos de naipes y que lo más valioso es lo más básico: la familia, los besos, el cariño, la salud, una ventana.. Hemos perdido mucho pero también hemos ganado. Nos hemos adaptado a una nueva forma de aprender, de relacionarnos, de trabajar… No hemos seguido el camino que habíamos planificado pero hemos conseguido muchos de los objetivos que nos marcamos aunque de una forma que no podíamos siquiera imaginar. Es bueno hacer balance, porque muchas veces la angustia, el miedo, las dificultades del día a día nos hacen pensar que todo es malo y que no vamos a poder salir de los problemas. Y no es verdad. Somos fuertes, tenemos recursos y somos capaces de adaptarnos y salir victoriosos de muchas dificultades, como hemos demostrado este curso. Mucho ánimo a todos mis oyentes, les deseo que este verano tengan todo lo que hemos echado de menos durante el curso y les espero en septiembre con nuevos planes , nuevos proyectos y fuerzas para la sorprendente aventura del día a día. Feliz verano a todos!