Canciones desconfinadas
Salvador, Chema y Rosa se encuentran por primera vez tras haber intercambiado música desde sus ventanas en Cádiz

Mayeto, con su guitarra, junto a sus vecinos Chema y Rosa / Cadena SER

Cádiz
A Salvador Ramallo le llaman Mayeto. Dicen que por sus grandes manos. Le encanta presumir de haber estado metido en todos los líos que se pueda meter un gaditano: el carnaval, la política, la educación... Unido siempre a su guitarra. La más valiosa que tiene la quiere como una persona. Le ha puesto nombre. Se llama Lola."Me costó 35.000 pesetas cuando yo cobraba 8.000 al mes". Un amor pagado a plazos amortizado de sobra. Así que cuando empezó el confinamiento por el coronavirus, no lo dudó. Ese encierro forzoso tampoco le iba a parar. Abrió su ventana, se asomó junto a su nieto, sacó a Lola y empezó a tocar la canción de moda de aquel momento: Resistiré.
Fue el principio de una rutina. En un callejón entre las calles Villa de Paradas y Neptuno, paralelas al Paseo Marítimo de Cádiz, empezó a interpretar cada día a las ocho, tras los aplausos sanitarios, una canción. Siempre una diferente. "Tengo un fondo de armario bastante amplio", se pavonea orgulloso Salvador, sabedor de su extensa cultura musical. En total, del inicio del confinamiento a la desactivación del estado de alarma, llegó a tocar y cantar 56 canciones distintas.
Salvador vive en el octavo piso. Y justo en el edificio de enfrente viven Chema y Rosa. También en el octavo. Les pareció buena idea después de cada canción de Salvador sacar a la ventana su equipo de música y reforzar la oferta artística de su vecino. Primero con el Resistiré, en sus múltiples variedades. Y después, a petición vecinal, con otra distinta cada día. "Nos decían otra, otra, y nosotros pues la elegíamos entre las que nos gustaban o nos pedían los vecinos", explica Chema
De esta manera, Salvador, Chema y Rosa iniciaron un diálogo musical que duró 56 días. Antes no se conocían de nada. Pero cada tarde a las ocho les unían las canciones. Y ese hilo que cruzaba sus ventanas cosía también las vidas de todos los vecinos que les escuchaban.
Cuando acabó la fase 1, y terminó el confinamiento forzoso, los tres interrumpieron su rutina. Los tres siguieron sus vidas y no se cruzaron hasta que la radio les llamó para proponerles un encuentro. Conocerse por primera vez. Sin ventanas de por medio.
"Ha sido muy emocionante porque yo sentía que ellos era muy buenas personas y me lo han demostrado". Rosa, artista multidisciplinar, le ha regalado a Salvador una carta de agradecimiento por sus canciones. Y un retrato hecho a lapiz de su vecino. También le ha entregado un disco que grabó con su grupo de rock Horganza. Porque Rosa también canta. Y muy bien.

Rosa y Mayeto, con el retrato hecho por ella de su vecino / Cadena SER

Rosa y Mayeto, con el retrato hecho por ella de su vecino / Cadena SER
Así que este diálogo sobre la vida, los encierros forzosos, las ventanas, la vecindad termina como tienen que terminar los encuentros entre los que aman la música: con una canción. Rosa y Salvador interpretan Piensa en mí. Ya no les separa una ventana. Ahora son unos vecinos unidos por un confinamiento. Interpretando una canción desconfinada.

Salvador y Rosa, vecinos de Cádiz, cantan "Piensa en mí" / Cadena SER

Pedro Espinosa
En Radio Cádiz desde 2001. Director de contenidos de la veterana emisora gaditana. Autor del podcast...




