Sentido común

Córdoba

 Hace poco leí en un titular de la prensa local, que seis de cada cien cordobeses reconocían no utilizar la mascarilla. Me parecía curioso que se destacara ese número, cuando a la inversa resultaba que el 94% de nuestros paisanos decía, al menos, utilizarla. Era una señal tranquilizadora saber que en Córdoba hay, y se emplea, el sentido común. Ahora que la mascarilla se ha vuelto obligatoria en cualquier espacio, a los cordobeses les resultará menos difícil emplearla, a pesar de las temperaturas.

Y es que, por mucho que veamos en los medios y en las redes sociales casos de gente que se salta las normas, ya sean naturales o visitantes, príncipes o plebeyos, la mayoría de los españoles está llevando esta pandemia desde hace meses con una responsabilidad ejemplar. Lo que no sé es si, institucionalmente, vamos a ver el mismo error que se cometió en marzo. Los rebrotes que se están produciendo ahora mismo se asemejan demasiado a aquellas situaciones que ya vimos a principios de marzo. Ahora siguen siendo rebrotes puntuales pero no hay practicamente una autonomía que esté libre de este fenómeno. Y si escuchamos durante meses las quejas de por qué no se reaccionó antes, es legítimo preguntarse ahora cuál es la reacción adecuada en estos momentos: ¿intervención local, o estado de alarma y confinamiento para todos, con lo que ello significa? A lo mejor se nos ha olvidado que en Madrid hubo una pista de hielo sirviendo de cámara frigorífica para los fallecidos, que los niños de España estuvieron semanas sin salir a la calle, sin correr, sin que les diera el sol. A lo mejor ya no es tan importante no haber podido despedirse de los abuelos.

El sentido común del que hablaba antes, se mezcla muchas veces con la memoria de pez. Córdoba tiene una ligera ventaja. Lleva ya unas semanas en su propio confinamiento estival. La ciudad se aletarga en verano. Las reuniones son menores y se suelen producir al aire libre. La población está dispersa entre los que pueden irse a la playa o a la piscina de la parcela, y los que se confinan bajo el aire acondicionado del piso. Córdoba está en pausa estos meses. Esperemos que el virus haga lo mismo.