El colibrí hace su parte contra el incendio
Nuestro incendio no necesita de propósitos grandilocuentes ni de animales prepotentes

"La línea roja" de Matías Vallés (20/07/20)
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Palma
La pandemia, la crisis, La Zarzuela, la temporada turística, amontonamos suficientes puntos de fricción para concluir que la actualidad se ha incendiado.
Por tanto, nuestro comportamiento debe adecuarse a una situación de emergencia.
Y en este momento aparece inevitable la pregunta, ¿qué podemos hacer?
Intentaremos responderla con la fábula del colibrí.
El bosque también había sufrido un incendio de proporciones fenomenales, así que los animales decidieron colaborar en la extinción del fuego.
Todos ellos participaban en proporción a sus fuerzas, pero sobresalía la modesta aportación del colibrí.
El pájaro cogía unas gotas de agua con su pico, las derramaba sobre el bosque en llamas y volvía a repetir la operación.
Por supuesto, los animales de mayor envergadura se mofaban abiertamente de esa minúscula contribución, y le recordaron al diminuto colibrí que difícilmente se extinguiría el incendio con unas gotas de agua a cada viaje.
“Lo sé”, replicó el colibrí, “pero hago mi parte”.
Nuestro incendio no necesita de propósitos grandilocuentes ni de animales prepotentes.
Es la hora del colibrí.
No desistir, no decepcionarse, no cansarse, no caer en la impotencia.
Hacer nuestra parte.




