Cádiz reivindica su flamenco
David Palomar, María Moreno, Javier Katumba y Keko Baldomero dialogan en los Encuentros de la SER desde Cajasol
Cádiz
Cádiz es flamenca. Y es flamenca porque en muchos de sus barrios se escuchó y se cantó flamenco. Porque los vecinos compartieron vivencias con los grandes: el Beni, Mariana, el Niño del Mentidero... En ventanas que se abrían de par en par al compás puramente gaditano, y resonaba en sus paredes, y envolvía de duende a tantos niños que hoy son artistas. La SER ha reunido a cuatro de ellos: la bailaora María Moreno, el guitarrista Keko Baldomero, el percusionista Javi Katumba y el cantaor David Palomar, en nuevo "Encuentros de la SER", desde la Fundación Cajasol.
Encuentros de la SER: Flamencos de Cádiz
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Los cuatro empezaron hablando del sentimiento flamenco. Ese que a María Moreno le vino de niña. "Yo bailo desde siempre, desde muy chica. Ellos lo saben. No es que le dijera a mi madre "yo quiero bailar", no, es que yo bailaba desde siempre", recordó. "Mi juego era bailar". Ese juego que ahora se ha puesto muy serio hasta convertirlo en su profesión. "El duende no sé si existe, pero sí existe el corazón, es la verdad. Poner el corazón en lo que uno quiere hacer". Katumba cree que flamenco se nace y se hace porque, "por muy dentro que lo tengas, todos tenemos que estudiar para serlo". Palomar cree que el flamenco "pasa cuando tú lo haces sin pensar que estás haciendo flamenco, es como algo celestial que te llega".
La conversación avanzó también hacia un debate eterno en el flamenco: la pureza. "Yo lo que quiero es libertad. Poder decir cosas sin las estructuras preconcebidas del flamenco tradicional. Y a mí me gusta la tradición flamenca y sus estructuras me parecen intocables. Pero yo quiero ser libre para contar mis cosas", ha defendido Palomar en el programa. Y esa libertad frente a lo que le quieren imponer otros. El cantaor ha reivindicado el flamenco como una "materia maleable, transformable".
Katumba cree que él lleva el flamenco como el sello que lleva los toros en sus espaldas. "Aunque haga un rap, soy flamenco, pero hay que innovar". Una idea que defiende también Baldomero parafraseando a Paco de Lucía. María Moreno se ha autodefinido como una bailaora que defiende la tradición pero enseguida aclara que su propia educación, la que ha marcado su generación, obliga a que tenga que bailar de otra manera. "Yo tengo que tener la libertad de poder hacer lo que considere y dejarme llevar".
Los cuatro han elegido cuatro temas musicales de su propia trayectoria. Palomar su "Tiento y sangro", última de sus canciones publicadas del que será su próximo disco. María Moreno, "Capricho andaluz", una pieza de Francisco Tárrega que llevó a su primer espectáculo "Alas de recuerdo. Keko Baldomero ha estrenado para los oyentes de la SER "Respira", un adelanto de su próximo disco. Katumba ha escogido "Calle Hércules", de su disco Chakatumb, con sones de Beni de Cádiz y bulería moderna. "Nosotros sabemos hacer lo que hacía Beni de Cádiz porque lo hemos mamado. Pero con eso no nos llaman a ningún sitio. Ni a la Bienal ni a ningún lado. No te cogen ni el dosier", dice Katumba.
María Moreno, que sí acude este año a la Bienal con su espectáculo "More (no) more", echa en falta que aquellos que tanto reivindican el flamenco puro van mucho a los festivales, pero poco a los tablaos. "Allí es donde se vive el flamenco natural", demanda. Katumba reclama que el arte tiene que estar "desatado" de las ataduras que quiera imponer la gente. Muchas de estas ataduras se las han impuesto a Palomar cuando le endosaron la etiqueta de ser heredero de Chano Lobato. "A mí me gusta el age, el compás. Pero alguna vez me ha pesado que me llamaran el sucesor de Chano. Chano es él. Y yo soy yo. Chano era inigualable. Y yo tengo mi propio rollo, mi propio discurso", ha defendido.
Baldomero, que ha estrenado en este programa un adelanto de su futuro disco, su tema "Respira", ha explicado que su nuevo trabajo es un recorrido por la sencillez de música. "No me he querido complicar, quería que se escuchara mi alma, que es mi guitarra. Es una guitarra que no pretende nada, a la guitarra hay que escucharla. Porque la guitarra habla".
Los cuatro artistas han visto cortada su carrera por el confinamiento, por el virus. Están ahora retomando actividad. Durante algunas semanas el flamenco ni siquiera aparecía en los sectores susceptibles de recibir ayudas. "He sentido mucha tristeza personal, y después, sobre el flamenco, es cierto que la cultura siempre es el último escalafón. Cuando los máximos dirigentes mandan, quiere fiesta. Pero después, cuando pasan estas cosas, no se dan cuenta de que la cultura es una inyección que hace a una sociedad libre, potente y productiva", explica Palomar. "Lo que nos ha salvado en este confinamiento es la cultura", añade Baldomero. "A algunos de nosotros nos ha tocado preparados, a otros, más jóvenes, esto les ha dañado gravemente", aporta Katumba. "Confío en que ahora que estamos arrancando se creen vínculos para sacar adelanto esto, que nos ayude a regularizar nuestro sector", opina María Moreno.
Cada uno de los artistas invitados procede de un barrio diferente. Palomar, de la Viña. Baldomero, de Santa María. Katumba, del Mentidero. Moreno, de Guillén Moreno. "Los barrios imprimen personalidad", explica la bailaora orgullosa de esa combinación perfecta de viajar en primera a Nueva York y regresar a casa mientras su madre te ayuda a aparcar desde la ventana en Guillén Moreno con un bocadillo de lomo en manteca. "Eso es una mezcla explosiva".
Cada uno ha elegido un tema emblemático para su vida. Palomar ha escogido "Bellos lugares de Cádiz", del Niño del Mentidero. Katumba ha apostado por "Luzía", del maestro Paco de Luzía. Baldomero ha dejado escuchar a Camarón y su "Potro de Rabia y Miel". Y María Moreno se ha decantado por "Dímelo, dímelo", de Juan Villar.
Los cuatro han llegado a este programa sin haber probado aún el sabor del escenario en tiempos de mascarilla. "Tengo varias cosas, pero no sabemos hasta el final si se mantiene. Lo cuento con una sonrisa pero, en verdad, estoy muy preocupado", admite Palomar. El cantaor echa en falta que Cádiz no haya luchado por tener su propio discurso flamenco, su propio festival, su propia reivindicación. "Está todo por hacer, hay algo de interés, pero poca profesionalidad. Lo que se hace, se hace muy mal. Siempre cojea algo", lamenta el cantaor. "Esto es la cuna y debería poderse hacer", reclama Katumba. "Y los flamencos de Cádiz, además, llevamos el nombre de Cádiz por bandera. Se nos reconoce enseguida. Yo voy a la Bienal ahora, y me da mucha rabia llevarme a Sevilla lo que podría traer a Cádiz, con muchos artistas importantes", recuerda Moreno. Los cuatros han coincidido en la necesidad de crear un proyecto importante, hacerlo bien, dejarse asesorar, aspirar a lo máximo, buscar espacios.
En el programa también han hablado de la relación entre el carnaval y el flamenco. "Hay flamencos que menosprecian el carnaval y otros que amamos las dos cosas", ha resumido Palomar. "El carnaval es un derroche", ha dicho María Moreno. Katumba ha reprochado que se le dedique menos atención al flamenco que al carnaval. Palomar cree que la culpa ha sido de los flamencos. "El flamenco de Cádiz no ha conseguido encontrar su sitio", ha asegurado el cantaor.
Y el programa ha terminado con fiesta. La fiesta de sus planes musicales más inminentes. María ultimando la Bienal, donde lleva espectáculo y presenta libro. Katumba, publicando una master class. Baldomero, subiendo a Madrid en octubre para grabar con Mercé y ultimando el nuevo espectáculo de Sara Baras. Y Palomar, con conciertos por España y a punto de presentar en agosto el tercer single de su futuro disco, una bulería que evoca a Pericón. Cuatro flamencos de Cádiz, a punto de retomar los aplausos que tanto merecen.
Pedro Espinosa
En Radio Cádiz desde 2001. Director de contenidos de la veterana emisora gaditana. Autor del podcast...