Pesimismo ante el futuro económico de Asturias
El Colegio de Economistas presenta la segunda edición de su "ECONÓMETRO", el indicador de la confianza socio-económica del Principado, que transmite una percepción de desconfianza global respecto a la situación económica en general y de la región en particular
Oviedo
Los economistas asturianos transmiten una impresión pesimista sobre la situación económica del Principado en el corto y medio plazo. Es la principal conclusión del “ECONÓMETRO” que hoy ha presentado el Colegio de Economistas de Asturias y que pretende ser un barómetro socioeconómico anual de la región en la que ya es su segunda edición.
El estudio recoge la opinión de 232 economistas colegiados, en torno al 14% del colectivo, y fue elaborado entre los días 10 de Marzo y 18 de Mayo, por lo que recoge datos e impresiones que incluyen parte del periodo del Estado de Alarma y confinamiento. Los profesionales de la Economía dan en el documento su opinión personal sobre la situación propia y la de Asturias.
Así, más del 80% transmiten una desconfianza global y son pesimistas en cuanto a la situación económica general, creen que ha empeorado en el último año y que será peor en los próximos meses debido a las consecuencias directas de la pandemia.
Con todas estas opiniones se elabora un índice de confianza socio-económico general que resulta muy negativo.
Por materias, su percepción, con respecto al empleo, es que el paro continuará aumentando. Hasta un 91% tienen esa percepción negativa que se multiplica por 2 con respecto al pasado año con el factor coronavirus como fundamental en este empeoramiento.
También hacen una valoración muy crítica, dadas las circunstancias, del Presupuesto del Principado, y hasta el 74% lo ven como poco o muy poco adecuado para hacer frente a la situación que sobreviene en los próximos meses y tienen la misma opinión sobre las medidas de política económica que se han puesto en marcha frente a los efectos de la COVID-19.
Los economistas consideran, además, que los factores principales de la competitividad de nuestra economía son la presión fiscal (que califican de muy elevada), el precio de la energía y las infraestructuras y comunicaciones.
En un aspecto no tan negativo, reflexionan que los efectos de la crisis de la pandemia no tendrán tanto peso en la Economía asturiana como en otras regiones, por el poco peso del turismo y la tipología de la estructura productiva de la región, pero sí piensan que la salida no va a ser inmediata y que los efectos se prolongarán en el tiempo (nada parecido a la “famosa” forma de “V”).