Hablemos de otras cosas

Córdoba

Hoy quiero abrir esta columna con la opinión que me ha dicho una joven comprometida y socialmente responsable ¡Que también las hay!

“Tenemos que dejar de hablar del número de contagios y empezar a hablar de la situación que viven muchas personas”, me decía: “¡Ojalá los titulares abrieran las noticias contando la realidad de quienes contratados eventualmente hoy ya no lo están o de aquellas familias y personas que se encuentran en una situación peor que durante el confinamiento!”.

Y lleva razón. Deberíamos hablar del sufrimiento social y de lo necesarias que son las medidas sociales para paliarlo. No me canso de decir que la recuperación económica y social de nuestra tierra solo será completa si se dirige de manera prioritaria a los sectores más vulnerables de la población y también me atrevo a reconocer que la realidad ha cambiado y las nuevas necesidades son de carácter social.

Hemos aprendido nuevas formas de amar con la voz y la mirada, de balcón a balcón o ante una pantalla, pero también hemos comprobado la importante brecha digital y educativa de muchas familias. Algunas hemos disfrutado de la bondad del silencio en el hogar y el encuentro con pasiones olvidadas, pero otras han vivido en hogares inseguros llenos de gritos y desprecios. El teletrabajo ha propiciado nuevas libertades pero ha puesto de manifiesto la necesidad de una regulación de la conciliación real más efectiva para las familias más jóvenes. La cocina y el autocuidado han sido espacios de exploración y disfrute para algunos hogares, pero en otros ha aparecido dolorosamente la carencia y la necesidad de adquirir hábitos de vida saludables y sostenibles para nuestro cuerpo y nuestra mente. Y podría seguir y seguir…