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Coronavirus Covid-19

Palencia rinde homenaje a los fallecidos por Covid-19

La Catedral acoge la celebración de un funeral presidido por 88 velas blancas en recuerdo de los fallecidos en la provincia

Funeral por las víctimas del Covid-19 en la catedral de palencia / Beatriz Álvarez

Palencia

La Catedral de Palencia ha acogido la celebración de un funeral por las víctimas del Covid-19. Presidida por el Obispo de la Diócesis, Manuel Herrero, la ceremonia ha contado con la presencia de familiares de las víctimas y de todas las autoridades. La ceremonia ha estado presidida por 88 velas blancas en memoria de los 88 fallecidos en Palencia a causa de la pandemia. El Obispo ha querido, además de recordar a los que se han ido y a sus familias, agradecer la labor de los profesionales y de la sociedad en etos momentos tan duros que hemos vivido y ha recordado a los que se han ido, a sus familias y amigos. A continuación reproducimos parte de la homilía del obispo palentino:

"Esta eucaristía en la fiesta de Santiago, apóstol y patrono de España, es una expresión de nuestra fe católica en el Dios de la Vida y del amor, que nos ha enviado a su Hijo Jesús como salvador, una fe que procede de los apóstoles, y desde ella tener un recuerdo agradecido para los que han muerto, pero también una oración, la mejor, que es celebrar la Misa y ofrecerla por el eterno descanso de todos los difuntos fallecidos por el coronavirus; han sido familiares, amigos, vecinos, compañeros nuestros, de todas las clases sociales, sacerdotes, religiosos, laicos y laicas; y aportar consuelo y esperanza a los familiares de los fallecidos, que han sufrido y sufren la pérdida de sus seres queridos, que no han podido despedirse de ellos ni hacerles sentir su amor, su cercanía, que no ha podido enterrarlos como hubieran deseado.

Entrada del Obispo de Palencia al funeral / Beatriz Álvarez

3. Al mismo tiempo queremos dar gracias a Dios y a todos los miembros de la sociedad por el trabajo solidario y el sacrificio realizado por tantas personas en este tiempo de pandemia, entregando generosamente su tiempo, su ciencia, su trabajo y rezar por especialmente por las personas mayores y las residencias de ancianos porque ellos han sufrido la angustia física, la disminución de su calidad de vida y la falta de visitas de familiares y amigos. En esta celebración os invito a pedir a Dios luz y comunión solidaria que venza el individualismo que a veces nos domina y entrega fraterna ante la crisis social y económica provocada por la pandemia y el confinamiento. Cuántas personas se han quedado sin trabajo, cuántas empresas y autónomos han tenido que cerrar.

4. El Covid-19 ha traído mucha desolación al mundo. Lo hemos visto y vivido durante mucho tiempo, todavía estamos en ello; nos ha mostrado el desolador espectáculo de calles vacías, de cercanía humana herida, de distanciamiento físico. Nos ha privado de la exuberancia de los abrazos, de la amabilidad de los apretones de manos, del efecto de los besos, y ha convertido nuestras relaciones en interacciones temerosas ante extraños y en intercambio neutral de las personas sin rostro, envueltas en equipos de protección; y aún no ha terminado como comprobamos a diario en las cifras de muertos y contagiados entre nosotros y en el mundo entero. Esta pandemia nos ha hecho palpar nuestra fragilidad y vulnerabilidad; nosotros que pensamos que somos inmortales, que hemos llegado a la luna y hemos enviado naves a otros planetas, nosotros que hemos creído que la ciencia y la economía nos va a salvar y darnos la felicidad y la eternidad. Ayudan, es verdad, pero no dan la felicidad. Esta pandemia nos ha enseñado que dependemos unos de otros, que nos necesitamos, que no podemos resignarnos ante las dificultades, sino que tenemos que luchar juntos, codo con codo, no unos por otros, ni unos contra otros, sino con otros, sin descartar a nadie y ser corresponsables hoy, porque en nuestras interacciones podemos ocasionar la propagación del virus a través del transporte, la movilidad masiva d personas, los vieja es de negocios, el turismo, etc. Por eso hay que cumplir a rajatabla las orientaciones sanitarias de las autoridades.

5. El Covid-19 hoy afecta al mundo entero; pero también siguen afectando a millones de personas, hermanas nuestras, el hambre, la malaria, la tuberculosis, la falta de agua potables, los recursos básicos para vivir dignamente, etc. Y todos somos corresponsables. No podemos decir como Caín, después de haber asesinado a su hermano Abel, cuando Dios le pregunta: ¿Dónde está tu hermano Abel?: ¿Yo soy guardián de mi hermano? (Gen. 4,9)."

 
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