'El papel del periodismo en tiempo de pandemia'

San Roque

La actual crisis sanitaria provocada por la pandemia de coronavirus ha supuesto un enorme reto para el periodismo. Ha ocurrido siempre que se han producido calamidades de todo signo. La labor de los medios en situaciones extremas es fundamental. Los ciudadanos demandan información. La prensa no tiene sentido si no está a la altura de cada momento. Creo que la prensa seria, tras lo vivido y lo que vivimos actualmente, se verá fortalecida en la consideración del ciudadano.

De otro lado, se sabe que funcionan estrategias en función de determinados intereses. Se fabrican bulos que tratan de desprestigiar a rivales políticos y a responsables científicos. Se hace desde algunos partidos políticos, muchas veces con entidades falsas, tratando de imponer un discurso negativo y manipulador en todos los sentidos. No digo nada nuevo. Ahí está la foto manipulada y utilizada ilegalmente de la Gran Vía madrileña repleta de féretros.

En periodismo manda la actualidad. Y la actualidad está marcada por el grave problema de la pandemia. Fallecidos, hospitales colapsados, crisis económica, confinamiento...son noticias diarias que oscurecen otras cuestiones de gran alcance que, incluso, se han visto suspendidas (Juegos Olímpicos, Brexit, conciertos, ferias...). Con todo, siempre hay que tratar esas informaciones desde la profesionalidad, sin alarmismos, teniendo en cuenta que, en esta cuestión, hay mucha gente pendiente de noticias. Con todo, no puede negarse que nunca se ha contado con tanta información, pero también es verdad que ese "exceso" puede llevar a una desinformación o a una información dirigida por determinados grupos en función de sus propios intereses.

La información tiene que primar por encima de todo y no es posible delimitar la noticia. Me parece que de cara a los grupos de riesgo hay que contar lo que ocurre, pero es interesante, y algunos medios lo hacen, poder dedicar espacios donde esté presente la previsión. Parcelas informativas y de opinión ejercidas por expertos, no por algunos charlatanes de tertulia.

Todo ello sin olvidar el propio calvario del periodismo, el derivado de la crisis económica, irrumpida inesperadamente, que golpea contundentemente las redacciones. Algo que merecería un comentario aparte.