Canarias no es marca España

Reino Unido ha puesto en jaque al turismo español. Su decisión de exigir cuarentena a quienes viajen a España es una espada de Damocles. Sobre todo para Canarias, si no logra quedar al margen de esta decisión. Y ello solo se podrá conseguir con una ofensiva institucional y empresarial decidida y potente.

Es cierto que la decisión del Gobierno británico ha sido inesperada y paradójica, viniendo de un país que no tiene buenos datos epidemiológicos. Mucho peores, en cualquier caso, que los de las Islas. Pero también es cierto que ha cogido con el pie cambiado a los Gobiernos español y autonómico.

La realidad es que Canarias no ha sabido venderse en el mercado turístico como un destino diferenciado a la marca España. Y los rebrotes de la COVID en el territorio peninsular ha terminado por empañar nuestra imagen turística. Hemos errado cuando hemos centrado la estrategia en exigir los PCR en origen y no “pasillos sanitarios seguros” con nuestro principales país emisores.

Nadie puede decir, sin riesgo a equivocarse, cuál es la mejor salida para el reto que representa el coronavirus para el turismo. Hay que ser prudentes, sin duda, pero también audaces. Y el Gobierno de Canarias ha sido lo primero, pero no lo segundo.