'El tren a Bobadilla y otros trenes'
Con demasiada frecuencia el tren de Algeciras sufre retrasos por averías o por el estado de las vías
La Firma de Juan Barreno: 'El tren a Bobadilla y otros trenes'
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Algeciras
Con demasiada frecuencia el tren de Algeciras sufre retrasos por averías o por el estado de las vías, lo que origina continuas protestas y que nuestro alcalde Sr. Landaluce, no sin falta de razón, se vea obligado a exigir inversiones y solución al presidente del gobierno, al ministro de Fomento y hasta al defensor del pueblo, a los que culpa del abandono de la comarca y de ser los responsables de este agravio comparativo en relación con otras zonas de España.
No hay derecho a que estemos sometidos a esta dictadura del tren que venimos sufriendo desde hace más de 100 años y que los continuos cambios de gobierno no han hecho nada por solucionarlo, a lo que encima hay que sumar la burla que supone la obsoleta maquinaria que nos han asignado. Están más que justificadas las protestas, aunque a veces me pregunto por qué las terminales del puerto no utilizan el tren para desplazar sus contenedores.
Ahora bien, hay otro tren que llega con retraso todos los días, o ni siquiera llega. Me refiero a las carencias que seguimos sufriendo en los servicios de la sanidad pública, y más concretamente en nuestros hospitales, que tampoco es un asunto nuevo que ocasiona más quejas y más daños personales que el tren a Bobadilla. La promesa incumplida de un materno-infantil para el hospital Punta Europa tiene más de 15 años, las especialidades médico-quirúrgicas, la de oncología, la de pediatría, por citar solo algunas, prácticamente no existen, la falta de facultativos se viene cubriendo con profesionales de otros hospitales contratados a peonadas, cuando hay otras comarcas con menos población que cuentan con más medios que la nuestra. A pesar de las buenas intenciones mostradas durante el confinamiento de la pandemia y los hipócritas aplausos de las 8 de la tarde, pronto nos hemos olvidado de los profesionales que siguen trabajando de forma precaria con riesgo para su salud.
Con la misma vehemencia que reclamamos, tanto ciudadanos, como instituciones, como políticos locales, la modernización del tren, deberíamos exigir a quien tenga las competencias para hacerlo, independientemente de su color político que parece que esto es lo que más cuesta, el arreglo de este otro tren olvidado que nunca llega a su destino, que supondría a la vez un complemento imprescindible para el crecimiento industrial.
Ante un anunciado rebrote de la pandemia que suponga un grave riesgo para la población, estas carencias en sanidad son lo que hacen que, por encima del problema del tren a Bobadilla, éste sea el problema más importante que tenemos en materia de servicio y va siendo hora de que tomemos conciencia de ello.