'La que están liando tus colegas'

Algeciras

Me acaba de pasar algo curioso. Venía de tomar cafelito y bollo matutinos cuando me topo con un conocido. Sin más, desde lejos y como a portagayola, me espeta algo que no entiendo porque seguramente la mascarilla no me deja oir; la de él no era porque no llevaba.

Me acerco y me suelta un"la que estan liando tus amigos los socialcomunistas".

Obviamente, lo de "socialcomunista" debe ser para él un calificativo execrable, aunque no recuedo haber tenido con él ninguna discusión teórica sobre política como para que me clasifique de la manera que sea. De ahí deduzco que el no darle la razón cuando me ha soltado brutalidades sobre inmigrantes, maricones, solicitantes de la Renta Mínima y demás ralea me coloca automaticamente en el bando de la gente de mal. Deduzco.

Aun así, intento preguntarle, iluso de mí, que a qué se refiere en concreto, a lo que el ultracentrista sigue con su mantra diario soltando entre espumarajo y espumarajo algo sobre que debo estar contento por lo bien que lo están haciendo mis colegas. Imagino que sería un pobre amago de sarcasmo, incompatible con el funcionamiento normal de su bagaje neuronal, por otra parte.

Y es que estamos llegando a situaciones como mínimo irracionales en las que no soltar recetas curalotodo te hace ser progre o hacer las cosas por ideología, en un curioso escorzo lingüistico con el que algunos pretenden conseguir que lo normal sea insulto.

Recuerdo no hace mucho cuando alguien quería desacreditar cualquier protesta o iniciativa se decía que era "política", obviando el contenido original de la palabra; luego pasamos al "progre" y de ahí a escarnecer a alguien o a algo tachándolo de "ideológico".

Imagino que pensar que algo es sesgado porque es "ideológico" será muy socorrido para aquellos y aquellas que acostumbran a usar una o dos ideas por semana y de ahí su pasmo ante el uso para ellos espúreo del término. ¡Habráse visto!

Y así como de soslayo recordé a quien fue presidente de la primera República Española (siglo XIX), Estanislao Figueras, que en la última reunión a la que asistió no pudo menos que sincerarse hasta el extremo de, al ver que no había manera de poner a nadie de acuerdo para remar en la misma dirección, soltar una tremenda frase: «señores, voy a serles franco: estoy hasta los cojones de todos nosotros«. Al día siguiente el hombre cogió un tren y se fue a Francia sin ni siquiera llegar a presentar su dimisión.

Y yo, que no soy mucho de mandar a la gente al carajo, ni de esperarlos para soltarles un exabrupto, de lo que sí me entran ganas es de irme a Francia, Kazajastán o Sudán del Sur, donde se me entienda menos y tampoco entienda yo mucho, con tal de no estar a diario aguantando, oyendo y sufriendo imbecilidades tan extremas como aquellas con las que hoy día nos castigan aquellos para los que el respeto es que los demás asuman al pie de la letra sus ideas y la buena política es la que coincide única y exclusivamente con sus intereses.