El largo viaje de las reliquias de los Santos Niños

Alcalá de Henares

Hasta su llegada a Alcalá de Henares en 1.568, las reliquias de los Santos Niños viajaron por numerosas ciudades y pueblos sufriendo todo tipo de saqueos. En 1.485, el Papa Pablo V redactaba una bula en la que otorgaba la licencia para el traslado de las reliquias hasta la ciudad complutense. Una bula escrita sobre un pergamino muy fino llamado vitela, que se realiza con la placenta de la vaca. De ahí su color blanquecino y textura suave.

“Tras las invasiones musulmanas y después de todo el proceso de Reconquista, los alcalaínos quisieron recuperar, de nuevo, las reliquias. Hay que destacar que había un gran mercado negro en este sentido y la gente no quería desprenderse de una reliquia cuando llegaba a sus manos porque consideraba que le otorgaba protección ante epidemias y enfermedades.

Por este motivo, "las reliquias que se conservan en el arca de plata donada por el rey Felipe II son escasas”, cuenta a SER Henares José María Nogales, Archivero-Bibliotecario y jefe del Servicio de Archivo del Ayuntamiento de Alcalá de Henares, donde se conserva este histórico documento. “Cuando se abrió el arca se comprobó que una gran parte de las reliquias se habían  retenido y saqueado. Por ejemplo, hay restos de los Santos Niños en Narbona, al sur de Francia", añade José María Nogales.