Recuperadas 3 cuartas partes de lo quemado hace un año en Gran Canaria
La reforestación masiva en las áreas donde la cicatriz persiste apoyará la regeneración natural en los puntos más afectados
Las Palmas de Gran Canaria
El 75 por ciento de las 10.000 hectáreas afectadas por los cuatro incendios forestales del verano pasado están recuperadas, aunque el Cabildo lanzó un rotundo mensaje de precaución al conjunto de la sociedad de Gran Canaria al cumplirse un año del inicio de esta devastadora serie de fuegos debido no solo a sus consecuencias medioambientales, sino materiales y personales.
Este drama ambiental y social puede repetirse en cualquier momento porque el peligro es cada vez mayor dada la sequía y la acumulación de combustible vegetal, un problema del primer mundo por el abandono de la vida rural, y a ello se suma que en Gran Canaria el patrón de incendios apunta a la imprudencia para la mayoría de los casos, de hecho el cien por cien es por causa humana, alertó la consejera de Medio Ambiente de la Institución insular, Inés Jiménez.
Junto a la advertencia de que la mejor manera de luchar contra los incendios forestales es evitar las primeras y fatídicas chispas, el Cabildo sigue aumentando los medios de prevención, vigilancia y de extinción y diseña un plan para multiplicar el número de zonas de cortafuegos, sistema que ha demostrado su eficacia y que ya ocupa 1.000 hectáreas, además de renovar la red de cámaras de vigilancia con 18 modernas unidades, anunció el jefe de Emergencias de la Institución insular, Federico Grillo, que matizó que en el mundo “no hay territorio prevenido al cien por cien”.
El aliento del fuego está muy presente y este año ya se han tenido que extinguir 18 conatos que pudieron ser controlados a tiempo dada la rápida intervención de los equipos de extinción, explicó el ingeniero forestal Javier Pardo, miembro de la Brigada Helitransportada, pero no siempre depende de la contundencia de la actuación.
De hecho, él sabe bien que los incendios nacen grandes y fue de los primeros en darse cuenta del enorme potencial destructor de los incendios de Artenara y Tejeda porque había una gran cantidad de combustible vegetal y se dieron unas condiciones meteorológicas que hicieron inútil el primer ataque, es la denominada ventana GIF (gran icendio forestal).