El valle de Cabuérniga está localizado dentro del Parque Natural del Saja y ofrece al visitante un sinfín de atractivos turísticos, actividades y paisajes singulares, uno de los valles más conocidos de Cantabria y que mejor aprecian los turistas. Otra de sus señas de identidad es el encanto de sus pueblos, su cuidada arquitectura tradicional, su entorno y tranquilidad, la apreciada gastronomía de sus restaurantes y la excelente oferta de alojamientos, que hacen del valle de Cabuérniga un destino de cinco estrellas. Para disfrutar plenamente de los atributos de Cabuérniga conviene no perderse los bellos parajes del Parque Natural Saja-Besaya. Los bosques de Cabuérniga albergan una enorme variedad de flora y fauna; sus visitantes se empapan de su aire puro rodeados de hayas, robles, acebos o avellanos, en bosques casi mágicos donde habitan ciervos, venados o jabalíes, entre otras muchas especies. • Alguna de las numerosas rutas que se pueden realizar son recorrer la ribera del Río Saja, la Ruta “Monte de Carmona” que va desde Carmona hasta la Ermita de Nuestra Señora de las Lindes o la espectacular ruta del monte Valfría con interesantes bosques de robles y hayas o la Castañera en el pueblo de Terán con valiosos castaños centenarios. • Una de las más famosas rutas, la Ruta de los Foramontanos, que recorre una parte del trayecto utilizado a partir del siglo IX por las gentes que vinieron a refugiarse en esta zona de la invasión musulmana. • Por su belleza natural, el entorno de Viaña y las cascadas pueden ser visitadas en una ruta de algo más de diez kilómetros a lo largo del cauce del arroyo Viaña. Tampoco hay que perder la ocasión para visitar el Centro de Interpretación del Parque Natural Saja-Besaya, cuya entrada gratuita. Allí se muestran los valores ecológicos del territorio protegido y los rasgos de identidad cultural de las sociedades rurales de su entorno. El mejor cocido montañés está en Cabuérniga. La alubia blanca y la berza, junto al chorizo, morcilla o tocino entre otros ingredientes culminan este exquisito manjar cántabro, creado para combatir los rigores del clima húmedo y frío del invierno, allá por el Siglo XVII. La gastronomía local también se caracteriza por los guisos basados en las carnes de caza, particularmente en la de venado y jabalí; y la carne de vacuno de pastos naturales, donde destaca la de vaca tudanca, raza autóctona de Cantabria. El valle de Cabuérniga ofrece una excelente oferta de restaurantes donde degustar los mejores platos típicos. Las viviendas y el entorno de los pueblos de Cabuérniga conservan edificios de arquitectura tradicional montañesa de distintas tipologías y épocas, construidas entre los siglos XVI y XVIII, muchas de ellas casonas y palacios de carácter nobiliar. Cabe destacar la belleza insólita de sus calles empedradas y el valor estético que añaden los tiestos llenos de flores que ningún visitante se resiste a fotografiar. En la arquitectura de Cabuérniga se aprecia el trabajo ornamental de la piedra labrada y de la madera tallada, oficios que han honrado a los habitantes de estos pueblos y que todavía encontramos en el municipio. Los albarqueros son artesanos que trabajaban la madera haciendo albarcas, calzado típico que permitía aislar el pie de la humedad del suelo y mantenerlo caliente durante las faenas del campo. Es práctico de igual forma para caminar por terrenos escabrosos, barrizales, incluso por la nieve. Hoy en día, si bien todavía quedan algunas personas que las siguen usando en el medio rural fundamentalmente tienen un fin ornamental, utilizándose por grupos de danzas o en fiestas y eventos populares. • Carmona: declarado conjunto Histórico-Artístico, que reconoce el interés de su patrimonio. Reconocido como uno de los pueblos más bonitos de España. Cuenta con una interesante arquitectura civil, con casonas con escudos y solanas, entre ellas sobresale la casona de los Díez de Cossío, conocida como Palacio de los Mier. En la localidad “La Pasá de Carmona” celebra el descenso del ganado tudanco desde los puertos en septiembre. • Fresneda: La caza y la pesca de trucha son su seña de identidad. • Llendemozó: Posee unas espectaculares vistas del valle, por allí pasa el camino histórico Ruta de los Foramontanos y es conocido por su romería popular. • Renedo: Tiene un gran valor paisajístico, riqueza arquitectónica y está declarado conjunto histórico. A destacar, la casona de Rubín de Celis y la iglesia de la Anunciación. • Selores: Es el paso del Camino Real, de su arquitectura civil sobresale la casona de los Cabeza o Mayorazgo de la Fuente. • Sopeña: Es el pueblo de Manuel Llano, periodista y escritor costumbrista. • Terán: Esta localidad constituye una excelente muestra de la arquitectura popular cántabra. Declarado conjunto histórico, destaca el palacio de Terán, así como la iglesia de Santa Eulalia. También en Terán se puede visitar una castañera con árboles centenarios. • Valle: La capital del municipio. Destacan sus ferias y “feriucas” ganaderas. Declarado también conjunto histórico. Bello paisaje con casas, casonas y cuadras enmarcadas por mieses y huertas. En valle se puede visitar el Ecomuseo de Cabuérniga en una casona típica montañesa del siglo XVIII, donde se recrea la actividad agrícola, silvícola y ganadera del municipio, con el fin de acercar al visitante las tradiciones y el patrimonio cultural de la zona. • Viaña: Tiene unas maravillosas cascadas naturales en el Parque Nacional Saja-Besaya y es la localidad de mayor altitud en Cabuérniga.