La Diputación financia la restauración de cuatro libros históricos de La Caballada de Atienza

Guadalajara

La Diputación de Guadalajara ha subvencionado con 8.000 euros la restauración de cuatro libros de Acuerdos y Cuentas de la Cofradía de la Santísima Trinidad-La Caballada de Atienza.

Se trata de cuatro libros que datan de los años 1679, 1723, 1779 y 1815 que necesitan una restauración debido al estado en el que se han conservado. Este proceso se desarrollará en varias fases de desinfección, desmontaje, limpieza superficial, hidratación, desacificación, consolidación, reintegración de áreas perdidas, unión de grietas y desgarros, laminación, encuadernación y realización de una caja de conservación.

Termina así la restauración de todo el patrimonio documental de La Caballada formado por 20 pergaminos, de los siglos XII al XV y cinco libros de Acuerdos y Cuentas, de los siglos XVII al XX, gracias al apoyo de la Diputación Provincial, a través de la firma de un convenio entre Rubén García, presidente en funciones de la Diputación y Jesús de la Vega, secretario de la Cofradía de la Santísima Trinidad-La Caballada de Atienza, cofradía acreditada como una de las instituciones más antiguas de Castilla-La Mancha, ya que su fundación data del siglo XII. Este convenido incluye una subvención de 8.000 euros, dedicados íntegramente a la restauración de estos cuatro libros.

Los 20 pergaminos, que ya fueron restaurados hace varios años, se encuentran actualmente conservados en el depósito del Archivo Histórico Provincial de Guadalajara.

La Caballa de Atienza es una celebración declarada Bien de Interés Cultural y de Interés Turístico Nacional, que conmemora un hecho histórico ocurrido hace más de 850 años, en 1162, cuando Alfonso VIII, siendo un niño, era rey de Castilla y su tío Fernando II de León. Este último, aprovechando la niñez de Alfonso quería hacerse con la corona de Castilla y contaba con el apoyo de una de las familias nobiliarias más importantes de la época, los Castro, mientras que en el bando de Alfonso prestaba su apoyo la familia de los de Lara. Esta familia condujo al joven rey castellano hasta Atienza para resguardarle tras sus murallas, lo que motivó que el bando leonés sometiera la villa a un asedio que se prolongó hasta la mañana de Pentecostés de 1162 cuando la cofradía de arrieros de este municipio ideó el plan de atravesar el asedio simulando realizar una romería a la ermita de la Virgen de la Estrella. Esto distrajo a las tropas leonesas, mientras conducían a Alfonso a Ávila.

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