El análisis posterior del confinamiento de Aranda
Algunos miembros del tejido socioeconómico ribereño valoran la influencia de la medida aplicada por la Junta y apuntan a la unión de la población y la apuesta por el comercio de proximidad como método para salir del bache

Plaza de la Constitución, durante el confinamiento de Aranda / ICAL

Aranda de Duero
El confinamiento ha hecho mucho daño a Aranda. La economía local se ha visto duramente resentida después de dos semanas de confinamiento que pusieron a la capital de la Ribera en el foco mediático nacional e incluso internacional, resintiendo gravemente su imagen, pero también dejando vacíos sus negocios. Comercios y hosteleros aún no se habían levantado de muchos meses de confinamiento, y vieron cómo una vez más tropezaban con la misma piedra.
Para el tejido socioeconómico ribereño, la medida de la Junta ha sido ineficaz en lo sanitario, y mortal en lo económico. Este lunes, en los micrófonos de la SER, hemos podido escuchar las reflexiones de Rodrigo Juarranz, gerente del Centro Comercial Isilla, Lorena Bodas, subdirectora de la Galería de Arte Rodrigo Juarranz, Ángela Rivas, autónoma y diseñadora, y Fernando Ortiz, de Bodega Don Carlos y Territorio Luthier.
Todos ellos han coincidido en que la reactivación económica de Aranda no llegará de fuera. La población ribereña debe ser la que en unión y consonancia se levante, apostando por el comercio de proximidad. “Si no compramos pan al panadero, él no tendrá dinero para comprarse zapatos, ni el zapatero ir a un bar a tomarse un café. Ahora más que nunca tenemos que apostar por lo próximo, por el cariño, el trato cercano, la personalidad de comprar a pie de calle que te da ese comercio”, reconocen.
Rodrigo Juarranz. “Hay vértigo porque no sabemos lo que va a pasar, pero tenemos que reinventarnos y ser imaginativos para que entre todos podamos salir de esta. Este confinamiento nos ha hecho la puntilla. Amigos y clientes nos escribían, porque nos habían estigmatizado y no sé qué efecto ha tenido, porque yo no lo he visto”.
Ángela Rivas. “Desde el principio ha habido una dicotomía entre lo laboral y lo sanitario, pero si lo económico cojea la salud de las personas también. Aranda no es nada sin la Ribera y la Ribera nada sin Aranda, cerraron un punto y dejaron libre el resto; no sé si esto ha servido para algo. Esperanza, fuerza y vértigo hay pero miedo no”.
Lorena Bodas. “No se ha tenido en cuenta la situación de la localidad, no sé si por falta de asesoramiento o falta de conocimiento, pero no se conocía la idiosincrasia… Ahora es cuando más que nunca hemos de estar juntos”.
Fernando Ortiz. “La hoja de ruta es ayudarnos unos a otros. La sociedad humana es lo que es por su capacidad de colaboración, y es momento de ayudarnos entre todos los ciudadanos y ayudarnos en el amplio aspecto de la palabra. A nosotros lo que nos queda llevando el barco de un lado a otro, poner un destino claro que es aunar esfuerzos para que la villa de Aranda siga siendo lo que era”.
El audio de esta tertulia tan deliciosa puede reproducirse a continuación.
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