Las descalzas reales

Madrid

El monasterio como tal fue fundado por la hermana de Felipe II, Juana de Austria, en el año 1559. Madre del misterioso rey de Sebastián de Portugal, desaparecido en la batalla de Alcazarquivir y cuya reaparición se podría asemejar a la que luego han vivido mitos modernos como Elvis Presley u Osama Bin Laden, Juana de Portugal nos dejó un emplazamiento en pleno centro de la capital que aún mantiene el sabor del Madrid del Siglo de Oro.

Monjas crucificadas

Las religiosas clarisas que lo custodian cuentan en la sala capitular con una pintura al fresco en la que una monja crucificada (monja mortificada según la versión más amable de la obra de arte) marca cómo ha de ser la vida en este lugar. Lógicamente las cosas han cambiado, gracias a Dios, desde que se hizo esa pintura hasta ahora. Era muy común en ese Barroco de religiosidad exacerbada, encontrar este tipo de representaciones. Sin embargo, las Descalzas Reales muestran mucho más. El repertorio de obras de arte de los mejores artistas del momento puebla sus salas. Hay retratos de la familia de Felipe II, aquí se conserva el célebre retrato en el que aparece, según muchos críticos, la célebre Calderona, actriz y amante de Felipe IV. Además ahí tenemos la pintura en la que vemos al desaparecido Sebastián de Portugal y un sinfín de cosas maravillosas, como diría Howard Carter, que hacen

indispensable su visita. Pero como por la pandemia lamentablemente Patrimonio, de quien depende la exhibición del monasterio, está cerrado, aquí tenemos este podcast que ayudará a conocer algo más de su singular historia