La DANA de septiembre: un año después

Alicante

Pasado justo un año de la DANA que anegó la Vega Baja, podemos congratularnos de que los hechos no hayan caído en el olvido y el de hoy y el de los próximos días sean unos recordatorios meramente simbólicos. Ya saben que en este país somos muy dados a darnos golpes de pecho, pero luego, a no hacer nada.

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De todo aquello podemos sacar enseñanzas positivas. Como el fenomenal trabajo de los cuerpos que actuaron en la emergencia, como los bomberos de la Diputación que no dejaron caer la experiencia en saco roto y han mejorado sus protocolos operativos y sus medios.

Se ha empezado a pensar en el futuro y hay un plan de la Generalitat para hacer más resiliente -palabra o concepto de moda- a esta comarca.

Hoy comienza un Congreso Nacional de Inundaciones en Orihuela que debe avanzar en la ordenación del territorio, la planificación urbana o la gestión de riesgo. Algo en lo que hemos sido muy ligeros en esta autonomía.

Evidentemente, queda mucho por hacer (sin ir más lejos ayer el barranco de las Ovejas está repleto de vegetación) y por construir, pero hoy podemos decir que lo sucedido, lo mucho que sufrieron las personas (fallecieron siete) no ha caído en saco roto.