El Castillo de Bélmez de la Moraleda entra en la Lista Roja
Su origen se remonta al siglo XIII y se encuentra en estado de ruina total
La titularidad es de la Junta de Andalucía
Jódar
A pesar de estar reconocido como Bien de Interés Cultural (BIC), el Castillo de Bélmez de la Moraleda, cuya titularidad es de la Junta de Andalucía, se encuentra en un estado de absoluta ruina. La torre del homenaje actualmente está hundida con varios muros desaparecidos e importantes grietas que amenazan su integridad. De la Albacara que rodeaba al castillo apenas quedan vestigios de los muros, que se hacen evidentes por el fuerte talud que los precedía.
Junto al castillo quedan restos de una torre que pudiera ser el alminar de una mezquita e importantes estructuras todas derruidas que amenazan con desplomarse haciendo que el castillo desaparezca completamente.
Por todos estos motivos, y para salvarlo de la ruina y protegerlo de expolios y vandalismo, el castillo de Bélmez de la Moraleda acaba de ser incluido en la Lista Roja del Patrimonio que elabora la Asociación Hispania Nostra (www.listarojapatrimonio.org) y que recoge cerca de 800 monumentos españoles que corren el riesgo de desaparecer si no se actúa de inmediato.
El origen del castillo de Bélmez de la Moraleda parece ser islámico, conquistado por los cristianos entre 1243 y 1246. Bélmez formaba parte del alfoz que Fernando III había prometido entregar a Baeza en 1243 para cuando se conquistase, pero el pacto de Jaén de 1246 entre Fernando III y Muhammad I, dejó el castillo en tierra musulmana, quedando como plaza fronteriza del Reino Nazarí con Castilla. Hasta 1448 el castillo no fue conquistado definitivamente por los cristianos, perteneciendo al Concejo de Baeza y a la Orden de Calatrava.
Los dos recintos de la fortaleza parecen ser de obra musulmana del siglo XIII, mientras que la torre del homenaje fue levantada por los cristianos después de la reconquista en 1316 para proteger la vega que controla el castillo y vigilar el Valle del Jandulilla.
El castillo está formado por la torre del homenaje y dos recintos amurallados: el alcazarejo y la albacara.
La torre del homenaje se encuentra en el centro de la fortificación y debió de alcanzar los 20 metros de altura. De planta cuadrangular, su interior se organizaba en tres pisos, siendo el inferior destinado a sótano o aljibe. Construida en mampostería ripiada, reforzada con sillares en los ángulos y el interior de mampostería de yeso y ladrillo. El acceso a la torre se realizaba por una abertura en el nivel del primer piso. En sus muros se abren dos grandes ventanas y varias aspilleras.
El recinto interior o alcazarejo ocupa la explanada que se extiende al pie de la torre del homenaje y conserva siete torreones, en el exterior del castillo podría existir un aljibe, hoy destruido. La albacara ocupa el exterior del castillo aunque apenas se conserva. Los muros de los dos recintos son de mampostería regular.