Si tú me dices Ben, yo digo Affleck
El Celta arranca la Liga con una plantilla en construcción
Vigo
Love of Lesbian compuso esta divertida canción para su disco La noche eterna. Los días no vividos. Como buenos catalanes, seguro que a Óscar y a Roger García Junyent les gusta este tema que refleja muy bien el contexto que están viviendo su equipo en este arranque de Liga. Solamente han llegado los refuerzos cerrados en la temporada pasada y, salvo la sorpresa negociada con el Real Madrid de Baeza, Vadillo y Tapia eran un secreto a voces. A partir de ahí muchas negociaciones, muchos nombres, pero no se ha concretado nada. Incluso se hablaba de que, lo normal, es que en esta última semana le cayese algún refuerzo pero no ha sido así. El Celta se escuda en que el mercado está como está. Que antes si a un jugador le decías “ven, pues lo dejo todo”. Ahora si a un jugador le dices “Ben, yo digo Affleck”. Como expresa Santi Balmes en la canción para justificar el modo de bailar del protagonista, lo primero es sentirte poderoso: “entramos ahí dentro, sintiendo el grooving de un negro/ si ahora el DJ pusiera Dancing Queen/ os nombrarían hombre objeto”. El segundo axioma que el Celta aplica en este arranque de Liga es que los demás también están en la misma situación o incluso peor que nosotros: “míranos no bailamos tan mal, son los demás los que no saben”. La diferencia es que el Eibar, el Huesca, el Cádiz o el Valladolid son conscientes de cuál es su rol o su objetivo. El Celta asume desde ya que su objetivo será no pasar apuros: “se puede ver claramente/ lo llevo escrito en la frente/ de hecho es lo normal”.
19 de julio, Cornellá. El Celta se salva de forma milagrosa gracias a la concentración del Real Madrid en los primeros 60 minutos de Butarque, y a la falta de puntería del Leganés en los últimos 30 delirantes minutos. Los de Óscar se salvaron sin hacer los deberes y firmando un partido de miedo absoluto ante un rival descendido y desenchufado que fue mejor. El Leganés indultó a los celestes. Ese día Aspas, Hugo Mallo, Óscar García dejaban frases contundentes de que “no podemos cometer los mismos errores”, “hay que aprender de esto”, “no puede ser tanto sufrimiento” o “tiene que ser un punto de inflexión”. A los pocos días el propio presidente reconocía errores aunque también decía que "volvería a hacer el mismo equipo". Tras unos días de debate se ratificó la continuidad de Óscar. Esa angustia que vivió el Celta en esa última jornada que lo tuvo al borde del abismo todavía está muy presente en jugadores, cuerpo técnico y afición. El consuelo, es que no bajaron a Segunda como el Mallorca, Espanyol o Leganés, así que se vuelve a escuchar ese estribillo tan de Love of Lesbian: “míranos no bailamos tan mal, son los demás los que no saben”.
10 de septiembre. A pocas horas de iniciarse la Liga, Óscar García cuenta con un solo portero, Iván Villar que tiene un pírrico bagaje de 4 partidos en Primera División. No cuenta tampoco con el líder de la defensa, líder en el vestuario y jugador clave para el resurgimiento de un Celta que llevaba más jornadas en descenso que fuera de él: Jaison Murillo. Esta baja de Murillo por estrategia negociadora con la Sampdoria, trae como consecuencia que el Celta haya pasado de transferible a un piquetiano “se queda” a David Juncá, y que haya tenido que tirar como titular en pretemporada del canterano José Fontán con una experiencia de 30 partidos en Segunda B. El técnico de Sabadell tampoco cuenta con el factor desequilibrante en el centro del campo que era Rafinha Alcántara, con lo que su misión ha sido buscar a alguien que juegue haciendo del brasileño: Brais, Denis o cambiar el dibujo. Tampoco se cuenta con Bradaric que acabó siendo titular en el final de Liga, por méritos propios y deméritos de Okay Yukuslu que sigue haciendo una yenka de amagos de que se quiere ir al Galatasaray y, lo normal, es que en plena negociación tampoco pueda tirar de él el entrenador. Arriba, ante la baja forma de Santi Mina, entre otras cosas por perderse el grueso de la pretemporada por la cuarentena, y ante la ausencia del sustituto de Smólov, toda la responsabilidad se vuelve a cargar en Aspas. Hará de 9, iniciará la presión alta al portero, a los centrales, será el encargado de mover al equipo arriba con su calidad, y de rematar las jugadas. Se habló de Carlos Fernández, de Ze Luis, de otros delanteros pero el caso es que el Celta todavía busca a su 9 de referencia.
Con este panorama el Celta se aferra al “fichaje” del renacido Emre Mor. El turco se aprovechó en la pretemporada de que las expectativas con él eran tan bajas que sorprendió su nivel de implicación. De los 20 minutos explosivos contra el Oviedo que cambiaron el chip de todos con chicharrazo, a sus buenos 60 minutos contra el Lugo con otro gol, pasando por su más discreta actuación contra el Sporting en el último test que alimentó la idea de un efecto gaseosa o burbujas de Emre Mor. Pero se ha ganado a pulso su oportunidad; entre otras cosas también porque el Celta ha vendido a Pione Sisto, Vadillo no ha arrancado bien y no ha llegado el extremo pedido por Óscar.
Con una plantilla ajustada, Óscar García ha visto como su petición de poder iniciar la Liga con su columna vertebral se ha esfumado y, por ahora, sigue sin portero, central, medio ofensivo y delantero. El de Sabadell no podrá cantar “y ahora di adiós, adiós/ a la mediocridad”. Lo que sí tiene claro es que tanto él como los jugadores con los que cuente, en la compleja salida de Ipurúa, intentarán que el celtismo se aferre a otra frase de esta canción: “hoy cambiaremos nuestra polaridad/ y lograremos salir con cierta dignidad”. Mientras en las oficinas esperan poder convencer a algún jugador para que “si tú me dices dicen ven, lo dejo todo”; por ahora si el Celta dice Ben, yo digo Affleck.