El infierno de Moria, sobre las tablas del teatro canario

Canarias

Lo ocurrido en Moria "es la crónica de una muerte anunciada". Parafraseando el título de una de las novelas más célebres de la literatura hispanoamericana, el director grancanario de Teatro, Mario Vega, se refiere así al gran incendio que el pasado día 9 arrasó con el que era el mayor campo de refugiados de Europa. 

Hasta ese campamento de la isla griega de Lesbos se desplazó a principios de 2020 para buscar las historias que fueran el hilo conductor de Moria, una obra de teatro "inmersiva" que tenía fijado su estreno en el mes de marzo, pero que el coronavirus obligó a aplazar.

En La Ventana de Canarias, el director de la productora Unahoramenos, reconoce que la catástrofe no le ha pillado "por sorpresa" por el imponente caldo de cultivo que se cocinaba en un campo donde el pasado mes de enero "se hacinaban más de 20.000 personas" en chabolas y contenedores. El campamento, que fue construido en un campo de olivos hace cinco años para albergar menos de 3.000 refugiados, creció sin control hasta dejar este pasado miércoles a unos 13.000 migrantes en la calle tras declararse un fuego que lo redujo a cenizas.

Vega recuerda las sensaciones que le produjo recorrer un lugar que ha sacado a relucir las vergüenzas de Europa. "Cuando llegamos no esperábamos algo tan terrible y dantesco", apunta. "Muertos diarios y gente que no tenía prácticamente dinero, pero que prefería comprar comida porque la que se le daba en el campamento era basura", denuncia.

Entre las miles de historias "terribles" de los refugiados de Moria, dos dejaron "descolocado" a Vega y son las que, previsiblemente en enero si la pandemia lo permite, den vida las actrices Ruth Sánchez y Marta Viera en la Sala Insular de Teatro de Gran Canaria. "Queríamos contar dos casos muy determinados que nos ayudaran a comprender lo que ocurría allí", señala el director, "y nos encontramos con una mujer afgana e iraquí que habían vivido atentados, muertes y secuestros".

Con ellas, con la iraquí Douaa Alhavatem que recaló en Moria con sus tres hijos después de que desapareciera su marido al caer sobre él la sospecha de colaborar con las norteamericanos; y con la afgana Zohra Armiyar que llegó a Lesbos en un camión nevera, Vega ha intentado ponerse en contacto "pero ha sido absolutamente imposible".

En el espectáculo experimental Moria, de 40 minutos de duración y en el que habrá cuatro proyecciones en 360 grados horizontales, los tan sólo 50 espectadores que podrán participar se adentrarán en la atmósfera que impregnaba el campo de refugiados griego, "en los olores y los sabores de una de las casetas de inmigrantes".

Para convertir Moria en obra escénica, Unahoramenos Producciones ha contado con el trabajo de la fotógrafa documental de la revista 5W Anna Surinyach, que ahora mismo se encuentra en Lesbos, y con la labor del periodista de la SER Nicolás Castellano como director de contenidos.