Gerard Valentín: una historia que empezó mal y acabó peor
Sólo disputó siete partidos, se marcha por la puerta de atrás y no deja dinero en el Dépor tras ejecutar una supuesta cláusula
El Deportivo pagó un millón de euros por su traspaso
A Coruña
Empezó mal y acabó peor. De esta forma podría resumirse el paso de Gerard Valentín por el Deportivo. Fichado en verano del 2018 por Richard Barral y su equipo, con el Dépor todavía en Primera División, el club coruñés pagó un millón de euros al Gimnástic de Tarragona por el 70% del pase del lateral catalán. Las esperanzas puestas en esa contratación eran máximas. Se esperaba que fuese una inversión de cara al futuro y que equipos grandes llamaran a la puerta del Depor para, cláusula de por medio, llevarse a la "perla" que acababa de aterrizar en Riazor. Pero ni el Barça ni el City llamaron jamás a las oficinas de la Plaza de Pontevedra.
Como en tantas historias en el fútbol, no siempre acaban las cosas como uno se imagina. Y ese año, el propio Depor vivió en sus carnes el declive que a día de hoy aún sufre. En el caso de Valentín, la historia en blanquiazul tampoco fue fácil. Ni Pepe Mel, ni Cristóbal Parralo ni Clarence Seedorf le dieron "bola" en Primera. Natxo González llegó a cuestionar sus condiciones futbolísticas en público. Anquela prescindió de él a la primera. Y a Vázquez no le dió tiempo a saber cómo era, porque tras varios desplantes blanquiazules, el jugador se fue por la puerta de atrás.
Gerard Valentín sólo jugó siete partidos oficiales con la camiseta del Deportivo. Disputó tres duelos de Primera División (incluido el último de Seedorf, cuando el equipo ya estaba descendido y en el que participaron los menos habituales), otros tres de Copa y un duelo más en Segunda División. En total, económicamente, si contamos el millón de euros que pagó el club por él, cada duelo de Valentín costó al Deportivo 147.857 euros.
La cláusula liberatoria y el burofax
Buena parte de los fichajes que apadrinó la actual dirección deportiva en su anterior etapa incluyeron una cláusula en los contratos en los que, en caso de la llamada de un equipo de superior categoría, el jugador podría abandonar el club coruñés de forma gratuita para recalar en ese otro equipo. De esa manera, el Depor se desprendió el pasado verano de algunos de los jugadores importantes de la época de Primera. Con un aviso por burofax se fue Juanfran Moreno del Deportivo y de no ser por el gesto de Borges de dejar dinero en A Coruña, también el Tico se hubiese marchado.
Ahora, una temporada después, Gerard Valentín hace valer esa cláusula de su contrato para abandonar A Coruña. A través de un burofax, como hizo Messi en el Barcelona, anunció esa intención, y el Dépor (falta saber si hubiese podido oponerse, aunque dado el bajo rendimiento del jugador incluso hasta le compensó) se desprendió de forma gratuita de un jugador por el que pagó un millón de euros. Para colmo, en la afición ha sentado especialmente mal el hecho de que Valentín recale en el CD Lugo, un equipo con el que el Depor no mantiene relación tras lo sucedido a raíz del caso Fuenlabrada y la posición de la directiva lucense de posicionarse claramente a favor de Javier Tebas y en contra de las peticiones que hacía su club vecino.
El caso de Promosport
No es ninguna sorpresa decir que la agencia Promosport tiene una especial sintonía con el Dépor y con su Director de Fútbol Richard Barral. El propio dirigente explicó que buena parte de sus gestiones se deben a la red de contactos y buenas relaciones que mantiene con personas del mundo del balompié. Muchos de los fichajes que llegaron en la anterior etapa en Primera estaban en la órbita de la agencia. Ahora, tras su regreso, Promosport también protagoniza y catapulta a muchos jugadores para venir a Riazor. Claudio Beauvue, Alonso Lara, Celso Borges o Lucho García están en la cartera de la empresa de representación.
Resulta por lo tanto extraño que una empresa con tantos vínculos con el club herculino permita que uno de sus representados se marche por la puerta de atrás, sin dejar dinero en caja y lo haga a un rival que se posicionó claramente en contra de los intereses del RC Deportivo.