La historia del Baile de la Rueda
Conocemos con el investigador de las fiestas arandinas, Héctor Díez Berzosa, el origen de esta costumbre que cierra habitualmente los días festivos
Aranda de Duero
Es un baile especial, pero también un poco triste. No por falta de ritmo, ni siquiera por la música, sino por lo que implica. El Baile de la Rueda anuncia el final de las fiestas de Aranda. Durante una media hora habitualmente se pone en práctica en la Plaza Mayor, justo antes de la traca que resuena y advierte de que toca esperar otro año para volver a ese jolgorio propio de ese periodo festivo. De días como los que atravesamos en estas fechas, aunque en esta ocasión son más diferentes que nunca.
Por primera vez en muchos años -como en todos los actos que habitualmente se celebran en las fiestas- el Baile de la Rueda tendrá que esperar. Pese a ser un baile de distancia, muchos lo llevaron a cabo sin saber que sería la última vez en bastante tiempo que lo practicaban, pero no puede ser. Sin embargo, no queremos olvidar una tradición tan propia y tan nuestra. Y por eso, este viernes en nuestro tiempo de La Ventana, hemos querido repasar el origen de esta peculiar celebración.
Héctor Díez Berzosa, investigador de las fiestas de Aranda y dulzainero de la Asociación de Dulzainas Villa de Aranda, ha pasado por nuestros micrófonos para contar que "ancestralmente hace que nos marchemos muy lejos en el tiempo, tenemos que hablar de las ruedas, porque en Aranda es rueda, y no es una pieza que se haya perdido. Siempre era el baile tradicional que en Castilla se usaba para acabar los bailes, las orquestas... En Aranda es donde se ejecuta en su mayor pureza musical; lo más característico es el ritmo irregular que tiene.
"El baile de rueda es un baile en pareja, un baile de complicidad con esa pareja, un baile que se baila más cercano. Dónde se baila cercano, en el último día de fiestas de Aranda. En el resto de fiestas si se interpreta se baila junto, pero el último día se baila separado. Yo creo que aquí es porque la traca hacía el mismo recorrido de la palza, y el que hace la rueda. La gente miraba de reojo la traca, con miedo a que cayera algo encima, y cada vez se bailaba más separado. También puede ser por las aglomeraciones que hay en la plaza, y por bailar con más distanciamiento", reconoce.
Una parte más de la tradición arandina. Un baile excepcional pero con tintes tristes, porque supone el fin de días excepcionales. Y probablemente, este sea el año que más se eche en falta.
La historia del Baile de la Rueda
07:16
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1600428672_616736/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>