Sobre la parálisis del país
La opinión de Pomares

Tenerife
Si no se produce un cambio de última hora, fruto de la presión de sindicatos y empresarios, el Gobierno limitará los Erte por fuerza mayor solo a los hoteles, las agencias de viaje o el sector de la aviación, y dejará fuera el comercio y restauración, dos de los sectores más castigados por la crisis. Será un desastre. Si eso ocurre así, el gigantesco esfuerzo fiscal realizado para evitar despidos masivos, no habrá servido absolutamente para nada, excepto para retrasar la hecatombe. Una hecatombe que se va a complicar a partir de marzo, cuando las empresas tengan que empezar a devolver los créditos ICO.
Es poco probable que empresas que no han conseguido -ni de lejos- recuperar su actividad, y que han utilizado los créditos para pagar sus compromisos hipotecarios, los alquileres, deudas con proveedores o con la Seguridad Social, puedan ahora devolver el dinero. La mayor parte de las empresas no podrán hacerlo, y lo peor es que el Gobierno no podrá cumplir con su papel de avalista. Probablemente, Sánchez dejará a los bancos el embolado de hacer frente a una enorme cadena de impagos, o se buscará alguna forma de renegociar el crédito durante un año más, aunque sólo sea para retrasar el colapso. Pérdida masiva de empleo, empresas cerradas o endeudadas hasta las cejas, una nueva crisis bancaria y un Gobierno en crisis fiscal, parece ser lo que nos depara el futuro próximo en todo el país. Y si esa es la previsible cascada de desastres a escala nacional, en Canarias la situación se verá agravada porque el empleo, la renta y la riqueza regional, dependen del turismo, una actividad parada.
Nos cuentan desde el Gobierno regional que al menos llegará el dinero de Europa, ese maná salvador al que todo se confía. Europa se ha comprometido en el mayor esfuerzo fiscal de su historia, pero hasta las buenas noticias tienen su reverso oscuro: falta menos de un mes para presentar en Europa los proyectos, y nadie ha hecho todavía nada. Ni en el Gobierno de la nación, ni en el de Canarias. Las iniciativas, planes y programas que Europa nos exige para soltarnos la morterada, no están siendo trabajadas por nadie. Se discute mucho, se pleitea en todos los foros, pero nadie se ocupa de mover un papel.




