Un pueblo traicionado

Jerez de la Frontera

Paul Preston presentaba hace un año su último libro sobre España y los españoles: "Un pueblo traicionado". A unos les parecerá sesgado y a otros bastante acertado. En lo que coincidiremos todos es...Preston es inglés. En el subtítulo desliza una ecuación "casi" matemática: Corrupción, incompetencia política y división social. En mi opinión, la ecuación sigue siendo válida. Corrupción es carecer de conciencia social y colectiva. Corrupción es falta de educación y de cultura de compromiso. Corrupción es la percepción sesgada de la realidad presente y presentarla como la única realidad. Corrupción es la discreccionalidad y la ausencia de decisiones colegiadas y participativas. Corrupción es sinónimo de expolio: de lo material y de lo intangible, de lo público y del bien común. Corrupción es mentir sabiendo que se miente. Corrupción es la falta de transparencia. Corrupción es la falta de eficiencia de la administración pública. Corrupción son los salarios bajos y desiguales. Corrupción es la impunidad de los actos corruptos e infravalorar la posibilidad de ser descubiertos. La corrupción necesita de políticos incompetentes, porque la corrupción es la apropiación del poder político para fines privados. Hay 4 obligaciones que tienen las estructuras del Estado: Respetar, Proteger, Garantizar y Promover. El sujeto son, las personas, la salud, la seguridad, el patrimonio público, el medioambiente...es decir, las cosas públicas, las cosas de todos y todas. Alimentar la división social no es la mejor de las ideas. Aunque al final como dice Serrat: Y con la resaca a cuestas, vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a sus riquezas y el señor cura a sus misas.