Tan lejos, tan cerca

Firma de opinión de Julio Canto. Tan lejos, tan cerca. (01/10/2020)
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Córdoba
Mi barrio, mi ciudad y mi nuevo país van a conmemorar este sábado algo importante, sin poder celebrarlo debidamente: treinta años de reunificación alemana. En el recuerdo se mezclan las imágenes del 3 de octubre de 1990 con las del 9 de noviembre del año anterior, cuando cayó el muro. En cualquier caso son imágenes de alegría, de reencuentros, de abrazos y lágrimas y de multitudes reunidas para celebrar algo maravilloso que, hasta ese día, parecía poco probable. Algo que ahora se hace lejano.
No voy a comparar una cosa con la otra, pero muchos notamos también esa necesidad ahora de estar más cerca del otro, de abrazar a los amigos, de acercarse más a los abuelos. De celebrar todos juntos. Al final las cosas más sencillas son las más valiosas. Basta con que algo nos las robe, nos las impida, para que nos demos cuenta. Hemos construído un muro invisible y necesario a nuestro alrededor para protegernos a nosotros y a quienes nos rodean.
La pelea ahora no está en derribar ese muro, sino en hacer que se haga innecesario lo antes posible, eliminando la enfermedad. Mantener las distancias y evitar los contactos no necesarios funciona, aunque no guste. Lo vimos entre marzo y mayo en España. Algunos, incluídos algunos políticos, olvidaron demasiado pronto lo que se había perdido por el camino, lo que se había sacrificado y por eso están ustedes como están.
Todas las libertades y los privilegios que disfrutamos en Europa tienen su origen en el sacrificio de generaciones enteras que, a su modo, lucharon por conseguir lo que querían. Los alemanes del este tardaron una década en abrir el muro a base de enfrentarse a una dictadura. En nuestro caso el riesgo es igualmente alto, porque el enemigo es mortal, pero el esfuerzo que se nos pide es comparativamente mínimo. Así que adelante, a seguir.




