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Nadie puede con este Sporting

El equipo gijonés se consolida en el liderato gracias a una trabajada victoria en Almería que confirma la buena dinámica del equipo y de Djurdjevic

Los jugadores del Sporting celebran el gol de Djurdjevic en Almería. / LaLiga.com

A este Sporting le sale todo. No porque nadie se lo regale, sino porque se lo curra. La suerte se busca; rara vez aparece sola, y menos en el fútbol. David Gallego está construyendo un equipo competitivo, que aspira a mandar en los partidos pero que también está preparado para sufrir. Y que, como sucede con los buenos equipos, parece que hasta disfruta sufriendo. El trabajo colectivo y la increíble recuperación de Djurdjevic, convertido en cazagoles, mantiene al equipo gionés líder e invicto, incluso después de enfrentarse a Girona y Almería. Para los más prudentes, el Sporting ya ha logrado en cuatro jornadas prácticamente una cuarta parte de la permanencia. Los más ambiciosos lanzan el desafío: a ver quién es capaz de frenar a este equipo, liberado de presión y al que le sale todo de cara.

Ganar en Almería no es cualquier cosa. Es imponerse al equipo del dinero saudí, de los quince fichajes, el que quiere meterse en Primera a toda costa y de los coches sorteados en los descansos (cuando el público podía ir a los campos). Es, en definitiva, ganarle a un equipazo, que aglutina mucha calidad y lo demuestra en el campo jugando un fútbol bonito, de mucho toque y mucha verticalidad. Pero el Sporting tenía una receta, supo aplicarla y le salió perfecta. Hasta contó con que el árbitro se tragara su propia decisión y anulase el penalti que se inventó cuando el Sporting ya paladeaba la victoria. El escalofrío se quedó solo en eso.

Es evidente que el Almería dominó el partido. Tuvo el balón casi en propiedad, con más posesión, más remates, más saques de esquina a favor. Pero el Sporting sabía lo que tenía que hacer: aguantar y esperar. Mantener el bastión defensivo que sostiene a Mariño imbatido tras cuatro jornadas. Sufrir y esperar su momento.

El Almería mandaba pero no generaba ocasiones claras. Su dominio solo se materializaba en disparos bastante inofensivos desde media o larga distancia o algunos centros sin demasiado peligro. La realidad es que el Sporting tampoco generaba problemas a Makaridze, aunque eso resultaba más lógico porque casi siempre se jugaba en campo asturiano y acercarse al área contraria era como recorrer de punta a punta la playa de San Lorenzo.

El Sporting debía aprovechar la mínima ocasión que tuviera para tener opciones. Por eso se lamentó mucho la pifia de Aitor García en el minuto 50, cuando se quedó solo delante del portero pero sus dudas a la hora de disparar permitieron a Lazo robarle la cartera. Quedaba la duda de si habría otra oportunidad igual o mejor. La hubo.

En una clara apuesta por jugar a la contra y explotar la velocidad, David Gallego había situado a Aitor en la mediapunta, escorando a Manu García a la izquierda, mientras que en la derecha debutaba Cumic como titular. Fue un experimento puntual, porque Aitor no estuvo acertado y Manu, fuera de sitio, participó poco. Cumic lo intentó, pero aún está verde. Los laterales sufrían algo más de lo debido, especialmente Pablo García, que recibía pocas ayudas y recibió una amarilla. No fue el único; medio equipo acabó amonestado.

Pasaban los minutos y el Almería iba volcando cada vez más el campo hacia la portería de Mariño, que cada vez tenía más participación en el encuentro. En la segunda parte el equipo gijonés parecía estar en su momento más crítico. Muchos sportinguistas firmaban el empate y solo anhelaban que el segundero diera vueltas rápido.

David Gallego retiró a Pablo García, lastrado por la tarjeta, e hizo debutar a Saúl García. El nuevo fichaje es una incógnita, pero su carta de presentación no estuvo nada mal: una gran acción en la banda derecha, con autopase incluido y un centro impecable terminó en el gol de Djurdjevic, que ya lleva más de la mitad de los tantos que anotó en toda la temporada pasada. No era fácil el remate del serbio, al que le quedó el balón a media altura. Pero igual que el equipo, Djuka está de dulce. Le sale todo. Bienvenido sea.

Siete minutos después, a los sportinguistas se les heló el corazón. El árbitro Ávalos Barrera pitaba penalti al intuir un derribo de Javi Fuego sobre Costas. Tuvo que intuirlo, porque nadie vio nada. El VAR, tan injusto en ocasiones, puso esta vez las cosas en su sitio. Ante la extrañeza de sus propios compañeros, Ávalos Barrera revisó la acción en el monitor y rectificó.

Sin más sustos que un golpe en la cabeza de Babin terminó una victoria que consolida al Sporting en el liderato de Segunda. Y con esa vitola, la del mejor equipo del inicio liguero, irá el domingo al Tartiere. Sobre el papel, parece la mejor forma de afrontar un derbi. Veremos quién es capaz de parar a este Sporting.

David González

David González

Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...

 
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