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Sobre el coronavirus y la culpabilidad de los brotes

El director de Contenidos de Radio Palencia de la Cadena SER reflexiona aobre el confinamiento perimetral de Palencia y sobre los brotes de la Covid-19

Juan Francisco Rojo, director de Contenidos de Radio Palencia de la Cadena SER / Radio Palencia

Palencia

Estamos a unas horas de que entre en vigor el confinamiento permitral de la ciudad de Palencia. Hablando en castellano, de que no se pueda salir y entrar de la capital durante 14 días, salvo por trabajo, estudio y otras cuestiones que se consideran ineludibles. ¿Es eficaz la medida?, se pregunta la ciudadanía. Lo cierto es que los científicos insisten en que hay pruebas "abrumadoras" de la transmisión aérea por coronavirus. Llevan meses advirtiendo. Y si eso es verdad, lo más eficaz sería mejorar la ventilación, el filtrado de aire en interiores y una apuesta por las actividades al aire libre.

Tras anunciarse la medida, en las redes asomó esa España a garrotazos que tan certeramente pintó Goya. Con esa inquina abominable que caracteriza al medio, unos y otros lanzaban reflexiones sobre culpabilidades en la expansión del virus. Eso tan español de mirar la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio. Yo soy de los que piensa que todos somos culpables de la propagación de la Covid-19. Unos en mayor medida que otros, pero todos tenemos nuestra dosis de responsabilidad.

La administración sanitaria es culpable por dinamitar a la Atención Primaria que ahora se ve desbordada por falta de recursos y una política rácana de recortes que ha hecho tambalear los cimientos de la que creíamos que era la mejor sanidad del mundo. En Palencia hemos preferido invertir en un fallido nuevo hospital (todavía no ha dimitido nadie ni lo hará por la nefasta gestión de un proyecto paralizado) en lugar de hacerlo en médicos y otros recursos. No cuidamos a nuestros facultativos y, después de invertir durante años en su formación, los exportamos; dejamos que se vayan a otros países.

No hemos reforzado la atención primaria. No hemos contratado un número óptimo de rastreadores. No contamos con los farmacéuticos que pueden ser un aporte importante y cercano al ciudadano para luchar contra la pandemia. No hemos hecho una gestión óptima de las residencias de personas mayores. Tampoco hemos reforzado las plantillas de los centros sanitarios. Es más, hemos apostado por un nefasto modelo de atención telefónica que atenta contra los principios más básicos de la práctica médica

Ahora bien, los ciudadanos no podemos irnos de rositas, como se dice coloquialmente. Al menos, una parte de la ciudadanía. Según las conclusiones a las que ha llegado un prestigioso doctor, Marciano Sánchez Bayle, entre un 10 y un 15 por ciento de la población no cumple las normas. En ese segmento entran los que acuden a reuniones sin control, no utilizan mascarillas en determinados foros, ignoran las distancias y por haber, los hay hasta algunos que han sido confinados y no lo respetan. Cuando digo que todos somos culpables, me refiero a este parte de inconscientes e insolidarios. Si alguien pensaba que íbamos a salir mejores de la pandemia, sólo tiene que dirigir la mirada a este sector de la polación.

Los partidos políticos tampoco han estado a la altura. Nunca suelen estarlo. No se puede pedir peras a un olmo. Han erosionado todavía más su credibilidad ya de por sí bastante mermada con la mirada puesta en unos réditos electorales, en un populismo barato que da alas a los negacionistas. En uno y otro lado; pero especialmente en una oposición que nunca ha querido reconocer al Gobierno actual, totalmente legítimo. Una oposición ávida de tocar poder.

Vuelvo al doctor Marciano Sánchez Bayle, con el que coincido totalmente. Hay que rectificar ya. La sanidad pública necesita de un incremento de los medios humanos y materiales. La Atención Primaria está al borde de la extenuación. "Los políticos deben abandonar los enfrentamientos sectarios", dice el doctor. Y tiene toda la razón. Esos enfrentamientos, ante semanas duras, muy duras, que se avecinan, son más virulentos que la Covid. Por último, aumentar las medidas policiales contra los incorregibles y dotar al Ministerio de Sanidad de una política eficaz de control y coordinación de la pandemia, son otras propuestas.

Casi nada, doctor. Está usted pidiendo un milagro. Esta es la España de la confrontación, del modelo neoliberal que ha socavado la sanidad pública, de la irresponsabilidad de unos cuantos que viven en el mundo de la negación y de la conspiración. Es la España que no cuida a los investigadores, ni a los médicos, ni a las enfermeras. El caldo de cultivo perfecto para un virus. No, no me refiero a la Covid. Me refiero a la necedad humana.

Sobre el coronavirus y la culpabilidad de los brotes

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