Lo sorprendente

La opinión de Juan Miguel Alonso (07/10/2020)
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León
Resulta sorprendente que el personal se sorprenda aún de la inflación pandémica que sufrimos. Hasta la OMS dice estar sorprendida y no entender que demonios está pasando en España para que el maldito virus se haya descontrolado de nuevo y las cifras de contagios, hospitalizaciones y muertes crezcan a un ritmo que empieza ser ya un desastre. Ayer, sin ir más lejos, más de 260 en el contador nacional y cuatro en el de aquí.
Pero el pueblo llano y hasta los aristogatos de más rancio abolengo siguen usando la mascarilla de foulard, compartiendo cánticos y parranda y concentrándose con más intimidad que una pareja de náufragos hambrientos recién salidos de un confinamiento eterno. Y aún así, todos los días los papeles se llenan de fiestuquis universitarias , de guateques en pisos y fincas y de botellones juveniles o mediopensionistas, de no fiestas donde los pedos son antológicos y los abrazos infinitos. Y el bicho es muy contagioso, pero los metros y cercanías se petan todas las mañanas porque la gente tiene que ganarse el pan, y metemos mil chavales todos los días en aulas de 30 metros cuadrados, seis horas al día, y nos inventamos cosas como grupos estables de convivencia y contactos estrechos y no dejar a nadie atrás y otras metáforas de malos poetas porque tenemos que tener la máquina de hacer billetes en funcionamiento pase lo que pase sin descanso hasta que los muertos vuelvan a contarse por miles cada día y sea insoportable tanto dolor y entonces sí, nos sorprenderemos de nuestra propia estulticia y decretaremos el cierre de nuestra alma. Si es que conseguimos encontrarla entre tanto escombro.




