Madrid afronta su semana clave lastrada por la división de su propio gobierno

Madrid

Madrid afronta la última semana bajo el Estado de Alarma lastrada por la división de su propio gobierno. Ya se sabe que no habrá prórroga y eso supone que el gobierno de Isabel Díaz Ayuso debe presentar su propio plan. Pero ni siquiera se ponen de acuerdo los socios de gobierno madrileño, PP y Ciudadanos, han vuelto a escenificar sus diferencias en público. No hay consenso, ni siquiera, en una semana clave.

El gobierno de España va a intentar que el consejo interterritorial de Sanidad, que se reúne el miércoles, allane el camino para intentar reconducir la situación. Pero en la cabeza de la presidenta madrileña no está ahora mismo prorrogar las restricciones de movimiento que se impusieron a través de la orden ministerial. Isabel Díaz Ayuso es partidaria de seguir aplicando restricciones por Zonas Básicas de Salud (ZBS) pero no de replicar el modelo de confinamiento actual. Según las fuentes consultadas esa propuesta es innegociable. Su planteamiento choca de plano con la línea que defiende su número dos, Ignacio Aguado que, de nuevo, se sitúa en una línea más próxima a la del Ministerio de Sanidad. Aguado apuesta porque todos los madrileños “hagan un parón contundente de 21 días para bajar la curva en Madrid”, según dice en esta entrevista en el diario El País. Pero esas palabras han tenido su contestación en boca de Isabel Díaz Ayuso que desacredita a su vicepresidente: "El objetivo es que no haya contagios, no 25, que no haya".

El PP se arrepiente de tener a Aguado en el grupo Covid

En el Gobierno de Ayuso empieza a molestar seriamente la actitud de su vicepresidente. Las fuentes consultadas en el PP reconocen a la SER que en el PP se arrepienten de haber metido a Ignacio Aguado en el grupo COVID-19. No hay olvidar que si entró fue porque Miguel Angel Rodriguez, jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso lo peleó con su homólogo en Moncloa, Iván Redondo. Defendieron su presencia por lealtad, pero en la Puerta del Sol no esperaban que Ignacio Aguado acabase teniendo más sintonía con el Ministro de Sanidad y sus medidas, que con el consejero de sanidad de su propio gobierno.