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Coronavirus Covid-19

Así se vive el cierre de Navarra en la provincia de Zaragoza

Trabajadores y estudiantes de uno y otro lado de la frontera no tendrán problemas de movilidad con los correspondientes certificados de su empresa y centro de estudios. Los más perjudicados serán, una vez más, los comerciantes

Carretera N-121 entre Tarazona (Zaragoza) y Tudela (Navarra) / Google Maps

Tarazona

El confinamiento de Navarra ha caído como un jarro de agua fría en la comarca de Tarazona y el Moncayo, en la provincia de Zaragoza, con una gran relación laboral, económica y social con la Ribera de Navarra.

Esta martes por la mañana tocaba pedir salvoconductos para trabajadores y estudiantes mientras que el comercio local se lamenta por la pérdida de buena parte de la clientela.

Calcular cuántos trabajadores se mueven cada día entre las dos comarcas es una asignatura pendiente, aunque en ningún caso bajan del medio millar. No tendrán problemas de movilidad pese al confinamiento, aunque hoy es día de solicitar los certificados que servirán de salvoconducto y que tienen que solicitar a la empresa en la que están trabajando, ha explicado Pilar Tejada, de UGT Tudela.

Importante es también el intercambio de estudiantes que se produce a diario entre ambas comarcas, sobre todo en formación profesional. Al instituto CIP ETI de Tudela bajan a diario más de medio centenar de alumnos. Al IES Tubalcaín de Tarazona llegan una ventiena de navarros. A eso se suman otros 20 chavales que acuden a la ESO y el Bachillerato en los institutos navarros. Esta mañana tocaba también pedir certificados.

Trabajadores y estudiantes no tendrán problemas de movilidad. Los más perjudicados por este confinamiento van a ser, otra vez, los comerciantes de Tarazona que pierden parte de su clientela. "Recibimos muchos visitantes de la Ribera de Navarra", recuerda la presidenta de la Asociación de Comeciantes de Tarazonaa, Lucía Aguerri. 

Y más allá de lo laboral y comercial, están las relaciones sociales en una gran comarca separada administrativamente pero no en lo habitual. El municipio de Malón, por ejemplo, se encuentra a tan solo medio kilómetro de la frontera con Navarra. Para ellos, es como partirlos en dos porque "hay mucha gente casada con gente de Ablitas, que viven allí, y ahora  no van a poder venir a ver a sus padres", explica la alcaldesa  Ana Carmen Calavia.

 
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