Los alcaldes del medio rural exigen a la Junta que permita las compras básicas en Aranda

RIBERA DEL DUERO

El alcalde de Castrillo de la Vega vuelve a dirigirse al presidente de la Junta de Castilla y León para quejarse de los inconvenientes que implica para el resto de la comarca las restricciones relacionadas con el acceso a la capital ribereña que implica este nueva etapa de medidas adoptadas para frenar el ritmo de la pandemia.

Ya en el mes de agosto, en el anterior confinamiento, Juan José Gutiérrez, ejerciendo como portavoz del sentir general de los municipios del ámbito rural de esta zona, remitió un escrito a Alfonso Fernández Mañueco, del que no obtuvo respuesta alguna. En él decía que estas medidas al no estar bien definidas implican un problema para los servicios básicos. Se preguntaba por qué la Junta ignoró que la mayoría de los pueblos carecen de tiendas en las que proveerse de los alimentos necesarios cotidianos. Hacía alusión también al contraste que implica estas restricciones con las medidas de la primera fase, en las que no se prohibía acudir a Aranda a abastecerse con la debida precaución. En la misiva enviada con fecha de hoy, 22 de octubre vuelve a recordar esta paradoja, citando el razonamiento jurídico del decano de la Universidad de Derecho de la UBU, que recuerda que el Real Decreto que amparó el Estado de Alarma es de mayor rango que la disposición de la administración regional. El alcalde de Castrillo reconoce que en la práctica no se está controlando con tanto rigor como se deduce sobre el papel esos desplazamientos a la capital ribereña, pero serían necesarias unas mayores garantías y no depender del criterio subjetivo del agente de turno que vigile los accesos.

Gutiérrez pide en este segundo escrito “una contestación equilibrada y coherente” respecto al tema que expone a la Junta. El edil de Castrillo y echar la mañana o la tarde en un bar. En este aspecto, dice también que echa de menos una mayor unión de los alcaldes del medio rural para luchar contra los botellones o las reuniones incontroladas y sin medidas higiénicas, que también se dan en los pueblos.