Cáritas denuncia que las personas sin hogar no pueden combatir la pandemia

Burgos

Caritas de Burgos ha atendido en 9 meses de 2020 a más de mil personas sin hogar o que habitan infraviviendas, que la pandemia ha puesto en una situación más arriesgada al carecer de la protección que ofrece una vivienda segura frente al virus. El delegado diocesano de Cáritas, Fernando García Cadiñanos, sostiene que para este colectivo es una 'utopía' cumplir las obligaciones y consejos de las autoridades frente a la COVID. Cáritas ha detectado este año un ligero aumento de la demanda de acogida de personas sin hogar, con una edad media de 47 años, y de los 1.072 atendidos, el 22% son menores de 35 años y casi el 10% mujeres.

A pesar del apoyo de los servicios sociales del Ayuntamiento de Burgos o del Servicio regional de Salud (SACYL), Cáritas reclama un esfuerzo mayor de las administraciones públicas para cumplir con un derecho fundamental como es disponer de una vivienda digna. David Polo, responsable del programa de Sinhogarismo de Cáritas, subraya que, a diferencia de otras ciudades, en Burgos no se ha interrumpido el servicio de albergue, ni durante el confinamiento entre marzo y mayo. 

Ni en el albergue de Cáritas Burgos ni en la Fundación Lesmes, que también trabaja con este colectivo, se han producido positivos por COVID, aunque han redoblado esfuerzos para mantener el recurso residencial abierto para los Sin Techo. Pilar Martínez, del equipo del Centro de Integración Social (CEIS) de la Fundación Lesmes, detecta un aumento de personas con discapacidad en exclusión habitacional.

Este domingo 25 de octubre Cáritas celebra el Día de las Personas Sin Hogar con el lema NO TENER CASA MATA, para visibilizar una realidad a menudo invisible. Debido al confinamiento parcial en Burgos se han aplazado los actos de calle, pero se divulgará un video en colaboración con ARANSBUR, asociación de familias de personas sordas, con la canción póstuma de Pau Donés en lenguaje de signos. Un alegato a favor de la vida, dice García Cadiñanos.

Cáritas recuerda que, según Naciones Unidas, la vivienda se ha convertido en la primera línea de defensa frente al coronavirus. La entidad social de la Iglesia insiste en que las medidas dirigidas a la población como aumentar la higiene, quedarse en casa o el distanciamiento social no son realistas ni posibles para las personas que viven en la calle, cuya esperanza de vida está entre 42 y 52 años, 30 años menos que la media en España.