Política
EL ENFOQUE

Sobre la moción de censura

La opinión de Pomares

Tenerife

La censura de Abascal contra Sánchez no tiene posibilidad alguna de prosperar, no cuenta ni puede contar con votos suficientes para ser aprobada. Es apenas una operación de marketing político, otra más, en esta legislatura marcada por una pandemia que ayer nos trajo el millón oficial de contagios en España. Un millón de infectados y 50.000 muertos usados como munición parlamentaria, en el espectáculo menos edificante que el Congreso de los Diputados nos ha ofrecido desde el golpe de Estado de Tejero. Una censura inútil en un momento terrible.

Porque lo que persigue Abascal no es tumbar al Gobierno de Sánchez –eso no va a ocurrir- sino proyectar su discurso sobre el electorado del PP. Sin duda, Abascal va a tener un protagonismo mediático importante, y podrá seguir removiendo la rabia y el dolor que la pandemia y la crisis económica han provocado en el país. Pero es poco probable que este debate le proporcione el liderazgo ‘primus inter pares’ que busca en el electorado de la derecha, como tampoco se lo ofreció a Iglesias entre la izquierda cuando protagonizó idéntica operación en la censura contra Rajoy de 2017. El griterío de Abascal, su discurso populista, la nostalgia agresiva en nombre de un pasado que no fue mejor, o sus peroratas xenófobas, fraccionan el bloque conservador y afianzan la alianza imposible pero cierta del cóctel de fuerzas políticas –PSOE, Unidas Podemos, independentistas catalanes y vascos, y ventajistas regionales- que sostienen al Gobierno Sánchez, favorecido en última instancia por la polarización de un país que se hunde en el enfrentamiento, la ineptitud y la revancha, y en el que sólo las consignas publicitarias de Iván Redondo hablan de unidad.

El teatro gritón de Abascal sólo favorece el frentismo. Empuja a los moderados a las filas de la izquierda radicalizada. Crispa aún más a una nación agotada por la enfermedad y aterrada ante la ola de pobreza y miseria que viene. Abascal no es el nuevo líder de la derecha, ni siquiera de la derecha más ultramontana. Él puede creerlo, pero lo que realmente es Abascal es la garantía de que vendrán más años de Gobiernos incompetentes, liderazgos mediocres y confusión ideológica. Abascal es el seguro del populismo de izquierdas.

 
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