Asturias contempla la demora de "intervenciones y pruebas diagnósticas" por el crecimiento del COVID-19

Asturias

¿La presión asistencial puede pasar factura a Asturias? La respuesta es sí. Durante la primera ola, las listas de espera se vieron incrementadas por la consecuencia del COVID-19. Otras enfermedades se marcaron como menos importantes ante la sacudida del coronavirus y, en plena segunda ola, el consejero de Salud, Pablo Fernández ha reconocido que habrá "demoras". Fernández ha aclarado, en todo caso, que "no significa suspenderlas como se hizo en su momento".

Esto traerá consigo un aumento de las hospitalizaciones. No solo de COVID-19, si no también de otras cuestiones derivadas de la salud. El consejero contempla todos los escenarios. "Si en un momento dado la atencion al COVID-19 vuelve a ser tan explosivo como en otras comunidades autónomas, habría que adoptar medidas más restrictivas".

Fernández también ha explicado que se ha aumentado la capacidad de otros equipamientos con los que trabajan como el Centro de Referencia Estatal para personas con Discapacidades Neurológicas ubicado en Langreo. El equipamiento cuenta con 60 camas más y también se trabaja intensamente con el Ejército. En el caso de los militares, de momento, con dos funciones muy específicas: el hospital habilitado en los exteriores de Cabueñes (Gijón) para descongestionar el servicio de Urgencias y el apoyo a los auto COVID que se encargan de la realización de pruebas PCR. Asturias en ese momento se sitúa cerca de las 5.000 diarias, lo que supone haber multiplicado casi por cinco el número desde el inicio de la pandemia.