La última oportunidad

Asturias

A partir de las doce de esta noche no será posible salir de Asturias libremente. La región está confinada, a la espera de que empiecen a bajar las cifras de contagios y los hospitales recobren la normalidad perdida en las últimas semanas. "Es la última carta que tenemos antes de un confinamiento", alertaba ayer el presidente Adrián Barbón, que justifica la medida en que "si seguimos haciendo vida normal se podría contagiar la mitad de la población y fallecer entorno a 12.000 personas". Y la verdad es que la situación es muy mala, insostenible, y, hasta ahora, el único método que ha funcionado contra el coronavirus ha sido el del confinamiento. Por eso, aplaudo la decisión del presidente, que además ha impuesto un toque de queda desde las doce de la noche hasta las seis de la mañana. Espero que con eso baste, aunque me temo que el confinamiento domiciliario tenga que ampliarse los fines de semana, porque una buena parte de esta generación de jóvenes, la mejor preparada de la historia, no se está comportando de la forma más adecuada y se ha convertido en transmisora del virus. Por acción o inacción, sus fiestas, sus botellones, su irresponsabilidad están costando muy caro. Y como siempre en este país, hemos hecho debate de todo, desde los metros que abarca el confinamiento en los municipios, hasta la duración del estado de alarma. Otros han encendido la discusión de qué es más importante, la salud o la economía. Creo que forma parte de la idiosincrasia patria esto de darnos de tortas, ya que estoy convencido de que si somos capaces de revertir antes la pandemia el Gobierno resolverá el estado de alarma. Y además, creo que debemos conjugar economía y salud, porque sin una es imposible la otra y viceversa. Pero ahora, considero que lo único importante es frenar al virus. No nos queda otra que luchar juntos, frente a un enemigo que no distingue pasaportes, razas, ni ricos ni pobres, ni simpatías políticas. Es el enemigo de todos. Y solo juntos podremos vencerle. No nos desgastemos en guerras estériles. Ánimo, fuerza y salud.