El club que incomoda

Santa Cruz de Tenerife

Que el Iberostar Tenerife cuente sus seis partidos de la temporada por victorias parece algo tan habitual que no se le da la trascendencia que realmente tiene. Un club que no termina -no sé muy bien por qué aunque sospecho algunas razones- de ganarse la admiración de la sociedad tinerfeña en cuanto a deporte se refiere. Todavía quedan por ahí rescoldos de la separación del baloncesto en Tenerife escenificado desde hace décadas por “los de Santa Cruz y los de La Laguna”. Hasta hace no demasiado, de la Cruz de Piedra hacia abajo era una cosa y de la simbólica zona fronteriza lagunera hacia arriba era otra. Y eso ha quedado grabado a fuego para muchos, que ven al Iberostar Tenerife como el Canarias de La Laguna; del mismo modo que todavía quedan paisanos que ven al CD Tenerife no como el representativo sino como ese club enemigo de la capital que nos quita jugadores.

En esta Isla -supongo que en otras provincias pasará igual-, somos muy cainistas por naturaleza y predispuestos a desmembrar sentimientos en función de la municipalidad. Conozco bien después de más de treinta años informando de deporte cómo respiran estos bandos; porque es lo que son, bandos que se atrincheran en nacionalismos deportivos, cada uno con sus razones más o menos comprensibles pero alejadas de aquello de ampliar el foco y evitar divisiones. Uno, que entiende el deporte como algo universal más allá de los colores y simpatías, y que no entiende de fobias ni odios, no acaba de entender por qué no se valora en su justa medida los méritos de un club como el Canarias, ejemplar en su comportamiento como entidad y además con ese carácter ganador y ambicioso que tanto gusta en esta tierra.

Esta semana toca derbi de baloncesto en el Archipiélago. Un enfrentamiento que no tiene ni de lejos la pasión y el enconamiento del derbi futbolero que llegará dentro de un par de semanas. Veremos si el elenco de Vidorreta es capaz de asimilar su papel de favorito y sumar la séptima victoria de la temporada, pero lo que nadie le quita a la institución que preside Félix Hernández es que, hoy por hoy, es el club más exitoso de Canarias y así y todo no se le da el eco y el reconocimiento que merece, algo que no necesita la fiel afición aurinegra, pero que sin embargo es justo subrayar de vez en cuando para que los olvidadizos tengan presente quién manda a este lado del Atlántico a finales de la segunda década del siglo XXI. Duela a quien duela.