Habría sido muy injusto irse hoy de vacío

Valencia

Hoy sí me gustó el Valencia. Quiero empezar por esa frase porque es la primera vez en lo que va de temporada que puedo hacer esa afirmación. Y eso que en el minuto 99 iba perdiendo 1-2. Pero no haber sumado al menos un punto habría sido completamente inmerecido. De hecho, creo que mereció los tres.

Y si no sumó los tres fue por errores individuales de dos futbolistas. El primero Thierry Correia, que con 1-0 ganando, se autoexpulsó de forma absurda con dos tarjetas amarillas casi seguidas y cada cual más estúpida. Y el segundo Jaume Domenech, que en un balón aparentemente fácil hace un despeje horroroso dejándole el balón franco al Cucho Hernández para que éste hiciera el 1-1.

Pero volvió el ADN valencianista. Lo primero y que siempre debe ser innegociable es la entrega de principio a fin. Y los chavales lo dieron todo. Y además, dentro de ese ADN también está la seguridad defensiva y el Valencia, en líneas generales, defendió bastante bien casi todo el partido. Y el tercer rasgo del ADN valencianista es, a partir de una buena organización defensiva, salir rápido a la contra. Así llegó el gol de Yunus Musah, y así, a la contra, y con uno menos, llegaron dos ocasiones muy claras con las que pudo matar el encuentro.

Estoy completamente de acuerdo con Gayà en sus declaraciones pospartido. Dijo el capitán que realmente le daba un poco igual el resultado, que hubieran perdido o ganado y que terminaran empatando; lo más importante para Gayà y también para mí es que el equipo hoy ha sí nos ha convencido. Si los partidos a partir de ahora son parecidos al de hoy, miraremos hacia arriba y dejaremos de mirar hacia abajo, que es lo que estábamos haciendo últimamente.