Los estadios del Levante UD: de Vallejo al "nuevo" Ciutat de València
El domingo se estrena la primera fase de la remodelación del Ciutat de València. Un estadio con mucha historia que se construyó con dificultades y que se pone guapo para soñar con partidos grandes
Campo de Vallejo y proyecto del Ciutat de València con la nueva cubierta / Museo Virtual Levante / Levante UD
Valencia
La primera piedra del futuro inmediato del Levante ya está puesta. El domingo 8 de noviembre pasará a la historia del club como el día que estrenó la nueva cubierta que vestirá la totalidad de las gradas del Ciutat de València. Se ha acabado la primera fase de la remodelación del estadio y será el Alavés el primer rival.
Las obras comenzaron el verano de 2019 pero no fue hasta el mes de junio de 2020 cuando se empezó a apreciar cambios significativos. La retirada de la antigua cubierta que se alzaba encima de la tribuna central daba paso a la construcción de los nuevos pilares sobre los que se sostendría el nuevo techo del Ciutat. Con algo de retraso en el tiempo de entrega, la primera fase de la remodelación ha llegado a su fin. Además, se han instalado dos nuevos videomarcadores, una cámara cenital y se ha modernizado la iluminación. El coste de esta primera fase ronda los 16.5 millones de Euros.
Durante el periodo de obras el Levante ha jugado sus partidos en el Camilo Cano de La Nucía y en La Cerámica de Villarreal. El estreno será, desgraciadamente, sin público debido a las restricciones que obliga la pandemia.
El feudo de Orriols ha sufrido a lo largo de sus más de 50 años de historia diferentes mejoras, pero nunca una transformación tan grande como la que se está afrontando en estos momentos.
La construcción del actual estadio empezó a gestarse a principios de los 60. El campo de Vallejo estaba envejeciendo y el Levante necesitaba un nuevo hogar para crecer y acercarse a la élite. Los años pasaban, pero no se concretaba ningún proyecto hasta que, en 1968, coincidiendo con la vuelta de Antonio Román a la presidencia del club, se agilizaron los trámites y comenzó la construcción del estadio. El plan de Román para la financiación del nuevo campo levantinista era la venta de los terrenos del vetusto Vallejo que eran propiedad de la entidad.
Antonio Román apuesta por la construcción de un nuevo campo en 1959 / Museo Virtual del Levante
El proyecto del presidente era construir un gran estadio con capacidad para 30.000 espectadores con una posible ampliación para que pudiera albergar hasta 50.000 aficionados en las gradas. Era un proyecto ambicioso en un momento en el que el Levante estaba en 3ª división y tenía que apostar por cambiarse de estadio si quería dar un salto de calidad.
El nuevo estadio del Levante se llamó como el presidente, Antonio Román, fue inaugurado el 9 de septiembre de 1969 en un partido amistoso que enfrentaba al conjunto local, en aquella época en 3ª división, y el Valencia que se impuso (0-3). Poco duró esa denominación porque en 1972 pasó a llamarse Nou Estadi y fue en 1999 cuando adquirió el nombre actual: Ciutat de València.
Construcción de las gradas del Estadio del Levante en 1968 / Museo Virtual del Levante
Desde entonces el estadio ha cambiado mucho. En la actualidad cuenta con unos accesos envidiables y un centro comercial cercano, pero en los años 70, 80 e incluso 90, era una odisea poder llegar al Nou Estadi, más aún si había llovido porque estaba rodeado de huertas.
Estadio del Levante en los años 90 / Museo Virtual del Levante
En la temporada 2012-2013, coincidiendo con la clasificación del equipo para la Europa League, el estadio sufrió mejoras para poder participar en esa competición. La más significativa visualmente fue el cambio de color de los asientos de las gradas.
El estadio ha sido la casa del Levante los últimos 50 años, pero, además ha sido escenario de grandes acontecimientos deportivos como partidos internacionales de la Selección Española, partidos de la Europa League e incluso, acogió la final de la Copa del Rey de Rugby en 2018.
El estadio tiene varias peculiaridades. Cualquiera que haya visto las gradas se habrá percatado que uno de los fondos tiene un “mordisco”. La leyenda dice que el trozo de graderío que falta es por la disputa con el propietario del terreno que era aficionado del Valencia y no quiso vender parte de su huerta al Levante por la rivalidad entre ambos clubes. Ese trozo se conoce comúnmente como el “Mos del Fotut”.
Otro de los lugares curiosos que tiene el estadio y que seguirá teniendo con la remodelación es “El Raconet de Raimon”. En las entrañas del Gol Alboraya emerge una sala que se ha convertido en museo con todo tipo de recuerdos y que también se utiliza para comer. En 2014 se incendió, pero un año después, Raimon, el mítico encargado de la hierba del Ciutat lo reconstruyó.
A partir de ahora se empezará a trabajar en la segunda fase de la remodelación que mejorará los accesos, creará nuevas zonas comerciales, nuevos palcos, mejorará la fachada y nuevas zonas hospitality.
