El plumero de Simón

Córdoba

El espectáculo que han dado algunas ‘miembras’ y miembros del gobierno la semana pasada con temas de género, o el uso de la condición femenina para sus intereses partidistas, ha sido absolutamente lamentable.

En primer lugar, el numerito de ver a dos políticas jóvenes en activo, de izquierdas, tirándose los biberones a la cabeza y haciendo una política rancia en la que, con el amparo del feminismo, se permiten el uso de estereotipos para atacarse, con los mismos argumentos que nos han recriminado algunos hombres a lo largo de la historia, maternidad incluida. De aplauso. Un espectáculo que te hace pensar más en el uso utilitario del feminismo que en la creencia consciente de una construcción real de igualdad. Nuestro modelo de futuro no es ese, el feminismo no es eso señoras.

Y para rematar la semana –con la que nos cae de nuevos datos de pandemia- aparece el señor Simón. Un profesional con responsabilidades en cuya boca, la palabra ‘infección’, debería implotarle directamente si frivoliza con ella. Qué divertidos somos todos que, cuando nos relajamos, sacamos los chistes sobre mujeres profesionales propios de una película española de los años sesenta. Qué antigüedad y qué lamentable escucharle…’señoríiito’. No ha faltado en pantalla más que Gracita Morales detrás con el plumero, ese mismo que se le ha visto a usted sin paliativos.