Indemnizan con 170.000 euros a unos padres por la muerte de su bebé en el parto en el Hospital Rey Juan Carlos
La indemnización es la más alta en esta materia en España
El juzgado de Primera Instancia 77 de Madrid ha ratificado el acuerdo alcanzado entre una aseguradora del Hospital Universitario Rey Juan Carlos de Móstoles y los padres de un bebé fallecido en este centro durante el parto para indemnizarlos con 170.000 euros al señalar que hubo mala práctica médica.
Los padres han reconocido a Efe que se trata de una "victoria agridulce" pues, aunque han conseguido que se reconozca que la asistencia al parto se produjo de manera indebida, existen "sospechas razonables" de la comisión de un presunto delito, que, a día de hoy, no se ha juzgado en la jurisdicción penal.
En cuanto a la indemnización, esta ascenderá finalmente a 170.000 euros, resarciendo por partes iguales a los progenitores y a su hija menor por el impacto emocional sufrido y demás daños especificados en el escrito de demanda, "la indemnización más alta en esta materia en España", aseguran los padres.
El auto, al que ha tenido acceso Efe, subraya que la aseguradora Zúrich Insurance, que cubría la responsabilidad civil de los médicos del citado centro hospitalario, ha acabado aceptando finalmente en un escrito de transacción judicial que la niña Chloe -que no feto, como defendía en un primer momento- falleció por una "infracción" de la práctica médica.
Los hechos se remontan al 15 de mayo de 2016, cuando los progenitores de la niña, Mónica Carrasco y Alberto Rodríguez, acuden a urgencias de Maternidad del Hospital Rey Juan Carlos, en la semana 39+2 de gestación, ante la sensación de que el día del parto había llegado.
La madre ingresó en el centro en torno a las 19.00 horas con tres centímetros de dilatación.
Tras verificar las contracciones uterinas en la sala de dilatación, la matrona monitoriza a la madre para detectar el latido fetal del bebé y confirma "la buena variabilidad de la frecuencia cardiaca fetal", según ha narrado Carrasco a Efe.
"Sin duda, nuestra hija se encontraba en situación de bienestar fetal", insiste la madre, quien explica que a las 23.00 horas de ese mismo día le comunican que van a romper la bolsa de líquido amniótico, observando inmediatamente que este "estaba inmensamente teñido de meconio espeso".
Después de un tiempo comienza a sonar la alarma de la máquina de monitores porque hay una deceleración del latido de Chloe, por lo que deciden primero cambiar a la madre de posición y después administrarle un medicamento llamado ritrodina, que es un relajante uterino, alegando que la niña "tenía sufrimiento fetal".
Finalmente, los médicos acaban practicando una cesárea a Carrasco en torno a las 2.30 de la madrugada, pero la niña ya nació en parada cardiorespiratoria. Pese a los intentos de los médicos de reanimarla durante 18 minutos, únicamente pudieron certificar su fallecimiento.
"Tardaron tanto en realizar la cesárea que Chloe falleció", lamentan los padres, quienes denunciaron los hechos en la Comisaría de Policía de Móstoles, donde ya alertaban de una posible negligencia médica en el parto al entender que la niña había fallecido por aspirar el meconio.
Según los padres, la autopsia judicial de la niña no fue concluyente, únicamente ofrecía el diagnostico de hallazgos indicativos de "sufrimiento fetal intraútero", aspiración masiva de liquido amniótico y extensa hemorragia en pulmones.
Sin embargo, la Fiscalía no solicitó del órgano judicial la declaración de instrucción compleja, para que se pudieran seguir practicando diligencias de investigación que ayudarán a esclarecer los hechos, por lo que se acabó archivando la instrucción penal en seis meses.
Después de ser archivadas las diligencias previas del procedimiento penal, el asunto llegó finalmente, por vía civil, al Juzgado de Primera Instancia número 77 de Madrid.