De todo menos educación

Valencia

El problema de este país es que cuando debatimos sobre educación, hablamos de todo menos de educación. Así que cuando debatimos sobre una ley educativa, hablamos de todo menos de cómo se aprende en la escuela. Lo hemos vuelto a ver también esta semana en la Comunitat Valenciana, a donde ha llegado la protesta de la escuela concertada contra la Ley Celaá.

Más allá de los aspectos conflictivos de la norma, ¿a alguien le importa lo que pasa en el aula? Si nos ponemos a discutir sobre lenguas, podríamos hablar de lo mal que se escribe en castellano, o de que se puede acabar el instituto sin saber hablar valenciano. Y no digamos el inglés. ¿Acaso va a cambiar algo de esto?

Podríamos hablar también de por qué tenemos una de las tasas de abandono escolar temprano más altas, un problema que afecta hasta al mercado laboral. O de por qué el nivel socioeconómico del alumnado determina tanto sus resultados académicos.

Yo sinceramente no quiero un pacto de estado por la educación. Me basta con que se entienda la importancia de la educación, que lo que pasa en el aula -no en una ley- condiciona para siempre la vida de los niños.

Y, por cierto, no sé si alguien se acuerda de que llega el frío, de que aceptamos tranquilamente que hay que ir a estudiar con mantas para tener las ventanas abiertas. Lo que pasa en el aula es esto, y no la guerra por una ley.