Remontada épica para que el Valencia Basket entre en la historia con su mejor arranque en Euroliga

Valencia

El Valencia Basket no deja de engrandecer su ya de por sí grandiosa historia. Si hace tres días era con una marca individual, con Dubi convirtiéndose en el máximo anotador de la historia taronja, ahora es el equipo de Ponsarnau el que logra el mejor arranque del club taronja en Euroliga con seis victorias (hasta el momento el récord era de cinco, igualado el pasado martes ante Panathinaikos). Y qué forma de conseguirlo.

No podía llegar de mejor manera que con una victoria combinando la clase de sus jugadores y la casta de no dar por perdido un partido hasta el final. Además, ante uno de los equipos más poderosos y con más historia en la competición: el Maccabi de Tel Aviv. El resumen de una noche histórica en la Fonteta: el Valencia Basket logró la victoria remontando seis puntos de desventaja en el último minuto, con la aportación de un hombre llamado para estas noches, Williams, y de la vieja guardia, la que nunca falla: esta vez la conexión Dubljevic-Van Rossom.

Tuvo un buen inicio de partido el Valencia Basket. Una bunea defensa aplicada por Kalinic y sobre todo por la sorpresa en el quinteto inicial, Pradilla. Curioso lo del joven, por cierto, porque jugó los primeros 6:42 minutos y desapareció. Su salida de la cancha coincidió con la reacción del Maccabi, que pasó de ir perdiendo por siete puntos a terminar el primer cuarto a sólo dos: 19-17.

Pero ya en el primer cuarto empezó a tomar forma la estrella del partido: Klemen Prepelic, que anotó 8 puntos en los 10 primeros minutos. Y en el segundo cuarto siguió tirando de su equipo, que estuvo muy fallón y dio alas alas a los israelís, que se pusieron por primer vez por delante en el marcador con un 25-26, gracias al acierto de Wilbekin y Bender, junto a la intimidación en los rebotes de Othello Hunter. Pero en esos últimos minutos antes del descanso iba a aparecer Labeyrie para poner orden desde la posición del 4, supliendo la irregularidad de Williams, al que le sigue faltando la continuidad que se le exige a un jugador tan importante como él. Al final del segundo cuarto: 43-27.

Salió con la torrija tras el descanso el Valencia Basket. Varios ataques fallidos y el Maccabi aprovechó para ponerse 50-54. Pero apareció Prepelic desde la línea de triple para reaccionar. El esloveno y Williams, en su otra versión, la buena, volvieron redujeron las distancias para acabar el tercer cuarto 58-59.

Y así llegamos al cuarto definitivo en el que apareció, por fin, Tobey en el equipo taronja. Él y dos fogonazos de Williams daban vida a los de la Fonteta. Pero lo peor es que el protagonismo se lo iba a llevar el que menos queríamos. Wilbekin tomó las riendas de su equipo y sacó a pasear su bombardero para golpear duro a los taronjas, principalmente desde la línea de tres. El Valencia Basket perdía por 6 a falta de poco más de un minuto. Pero es lo que tiene el basket: en un pispás, Wilbekin pasó de héroe a villano fallando en dos jugadas clave y el Valencia Basket resurgió de sus cenizas, primero con un triple providencial de Williams, que apuntaba a prórroga, pero otro fallo del base del Maccabi cuando tenía seis segundos por delante se tradujo en un robo de Dubljevic asistiendo a Van Rossom, que enfiló en solitario hacia la canasta israelí para hacer la canasta de la victoria. Y, al revés que Wilbekin, Sam pasó de villano (un partido para olvidar que nada tenía que ver con el que hizo hace dos semanas en la Fonteta ante el Milán) a héroe con una canasta para engrandecer la leyenda del Valencia Basket en la Euroliga.