De la dulce resaca europea a enderezar el rumbo en ACB

Valencia

El Valencia Basket recibirá este domingo al Iberostar Tenerife reforzado por las dos victorias que ha logrado en la Euroliga esta semana y cansado por el esfuerzo que le ha supuesto pero además con necesidad de ganar para revertir su mal arranque en la Liga ACB.

El equipo de Jaume Ponsarnau doblegó el martes con solvencia al Panathiniakos y firmó este viernes una inesperada remontada ante el Maccabi Tel Aviv en el último minuto y medio del choque que selló con una canasta de Sam Van Rossom a falta de dos segundos.

Tras haber dominado la primera parte y no haber acertado a encarrilar su triunfo, al conjunto valenciano se le acabó la energía y sobre todo las ideas en la segunda y tuvo que echar mano de la fe para pasar del 73-79 al 82-80 en apenas noventa segundos.

Esos dos triunfos y la manera en la que los ha logrado deben reforzar a un equipo que había empezado a dudar pero no han cambiado su situación en la Liga ACB, en la que es undécimo con cuatro partidos ganados y cinco derrotas y está a dos victorias de los puestos de la Copa del Rey.

Además, en sus dos últimas derrotas, el equipo ha calcado un pésimo inicio de encuentro, tras esfuerzos similares en Europa a los que ha hecho esta semana, que lastró sus opciones tanto frente al Real Madrid como ante el Hereda San Pablo Burgos.

Así pues, el primer objetivo del conjunto de Ponsarnau será esquivar un mal inicio que le condicione de nuevo en exceso y, a partir de ahí, intentar que la confianza ganada le permita plantarle cara a un rival que sólo ha perdido uno de sus diez encuentros en la Liga ACB y que tiene ya virtualmente garantizada su presencia en la Copa.

El choque será un nuevo reencuentro del Valencia con el que fuera su técnico en la campaña 2017-18 pero ahora también con el alero canadiense Aaron Doornekamp, que dejó este verano el equipo para regresar al Tenerife.

Para el partido, Ponsarnau mantendrá las bajas de los escoltas Vanja Marinkovic y Joan Sastre y el descarte técnico de Quino Colom por lo que en principio el técnico no tendrá que hacer ningún otro movimiento.