La nueva ley de educación "ni unifica criterios" ni "se ha consultado"

Aranda de Duero

La polémica educativa es una realidad. La reciente aprobación de la Ley Celaá no convence a todo el espectro académico por varias razones. En primer lugar, porque es una ley que "no unifica criterios académicos", manifiestan desde el Colegio Claret de Aranda de Duero. Y en segundo lugar porque "no se ha consultado con ningún experto en educación, como si se hico en otras anteriores", apuntan desde San Gabriel Ciudad de la Educación.

En la SER hemos contado con responsables de ambos centros que ha plasmado con argumentos su opinión al respecto de esta nueva y polémica ley.

El director del Colegio Claret, Aitor Martín, afirma después de que la ministra de Educación, Isabel Celaá, haya manifestado en El País que "como Ley orgánica que es, se ha de cumplir" que "otras comunidades no la van a desarrollar -País Vasco o Castilla y León- y otras lo van a llevar al constitucional". Por esta razón, Martín se pregunta: "¿es necesario este cambio?". Y al mismo tiempo afirma que "lo que si lo es, es reunirse para unificar criterios académicos que no se reflejan en esta ley".

Desde otro de los centros referentes en la educación concertada de la comarca ribereña, San Gabriel Ciudad de la Educación, su director general, Enrique García Aguera, es tajante y contundente sobre este "atropello" de ley. Es una ley que "suspende en la forma y el fondo". Y argumenta que "es la primera vez que se lleva a término sin escuchar a los profesionales. En la anterior ley, la Ley Wert participaron 60 expertos, en la LOE, 40… ya ahora ninguno. Por eso suspende en la forma". Y añade "pero también en el fondo" porque "no responde a los problemas que sí que existe en la actualidad en la educación" y lamenta que se haya "perdido una oportunidad histórica desde el consenso".

Manifestaciones a las que se han unido las del profesor y miembro de la comunidad claretiana, José Manuel Suiero, quien manifiesta que "se suprime de la demanda social de la ley Lomce y por tanto la oferta conforme a petición y demanda de las familia poniendo en riesgo la oferta de nuestros centros". Crítico y preocupado mira al futuro y dibuja un escenario en el que "de aquí a 10 años nos están encaminando a una educación normalizada y a la supresión de religión".