Hacer daño no es amar
La Firma de Eva Calleja

"Hacer daño no es amar", la Firma de Eva Calleja
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Palencia
Cuarenta mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en España en lo que va de 2020, según datos de la Delegación del Gobierno para la violencia de género.
23 menores han quedado huérfanos en lo que va de año por la violencia machista.
En total son 1.073 las mujeres asesinadas desde el 1 de enero de 2003 cuando se empezaron a contabilizar oficialmente.
Un número enorme e inasumible. Sólo una ya sería demasiado.
Detrás de cada una de ellas hay una historia que no tenía que haber acabado de una manera violenta. Detrás de cada una de ellas hay un mucho de sinrazón y también de fallo de la sociedad que debe seguir buscando la manera de erradicar esta lacra.
Cada una tiene, tenía nombre y apellidos y no pueden ni deben convertirse en un número de una fría y terrible estadística.
La primera víctima moral de 2020 se llamaba Mónica Linde y tenía 28 años. Fue asesinada junto a su hija Ciara de tres años por su expareja y padre de la pequeña. Lo hizo el día de Reyes.
Hace tan solo unos días tuve la oportunidad de conocer y entrevistar a tres mujeres víctimas de violencia de género. Las tres de diferentes edades y distintas condiciones.
Las tres estuvieron a punto de morir a manos de los que antes habían sido sus compañeros de vida, esas personas con las que un día hicieron planes y proyectos y que antes de agredirlas físicamente noquearon en lo emocional haciéndolas sentir seres inútiles e inferiores.
Cada persona es única e irrepetible. Cada ser es grande y diverso y nadie tiene derecho a hacerle creer que esto no es así.
Las tres me miraron a los ojos frente a frente para compartir conmigo su miedo y su fuerza y la firme decisión de seguir adelante tratando de olvidar ese día en que estuvieron a punto de perder sus sueños y su futuro.
Acabar con esto es tarea de toda la sociedad. Es aún una asignatura pendiente.
Quiero seguir creyendo que la educación es la base para el cambio, es la herramienta más poderosa para modificar esta dura, durísima realidad a la que cada día se enfrentan cientos, miles de mujeres en todo el mundo porque como me dijo una de ellas, de poco más de treinta años, "amar no es pegar".
El amor nunca puede estar basado ni en la posesión, ni en el control ni por supuesto puede consentir cualquier daño intencionado, sea este de la naturaleza que sea.
El amor es otra cosa bien distinta. El amor es el motor del mundo, es generosidad, es respeto, es encontrar un territorio común en el que hacerse más grande junto a alguien.
Mañana celebraremos el día contra la violencia de género. Hombres y mujeres de la mano. No puede ser de otra manera. La única solución posible es hacerle frente a este problema uniendo nuestras voces y nuestras energías.
Ni una menos.




